La cocina es la nueva reina en esta casa de Barcelona que mezcla colores y materiales

Cierto Estudio han reformado una vivienda de los años 50 en Barcelona recuperando parte del espíritu de su arquitecto original pero con las formas de una casa contemporánea. La cocina ahora es el epicentro de la casa.

Proyecto de Cierto Estudio en Barcelona

Imagen de la zona del salón comedor.

José Hevia

Eduardo Infante

Periodista especializado en decoración, diseño e interiorismo

3 de agosto de 2022, 09:30

Ayer y hoy se dan la mano en esta vivienda intervenida por Cierto Estudio en el Eixample de Barcelona. Por un lado, las arquitectas han tratado de recuperar la esencia de edificio de 1958 y de su propio arquitecto, Antoni de Moragas, trabajando con materiales y colores que evocan a su diseño original. Además de eso, han ideado la casa con una distribución muy actual, con la cocina como el centro de toda la vivienda y espacios interconectados entre sí, y con un mobiliario de puro diseño que le da el toque especial.

Según explican desde Cierto Estudio, despacho formado por las seis arquitectas Marta Benedicto, Ivet Gasol, Carlota de Gispert, Anna Llonch, Lucia Millet y Clara Vidal, una de las principales intervenciones en la casa de 95 metros cuadrados fue modificar su distribución. "La estrategia general se basa en abrir las zonas más interiores de la vivienda –de 11 metros de largo– hacia el exterior, generando retranqueos que permiten la entrada de luz y fomentan las visuales", señalan. De este modo, se ha tratado de desdibujar el pasillo, generando una serie de espacios en enfilade que se abren hacia la única fachada a exterior de la casa. Además, en los pasos a través de los muros se ha añadido una serie de originales umbrales de tamaño ascendente que se han encintado de mármol verde.

De hecho, este es uno de los elementos con los que han tratado de recuperar la esencia del arquitecto del edificio, Antoni de Moragas, que se caracterizaba por crear interiores con combinación de revestimientos de distintos materiales y texturas: piezas cerámicas, mosaicos de mármol, vidrios translúcidos texturizados y maderas oscuras.

En la nueva vivienda, la cocina, que antes estaba cerrada y solo contaba con una ventana, se ha convertido en el centro, en el corazón de la planta, y es una zona de paso obligado que se conecta con las estancias contiguas. Por un lado, se abre al estudio a partir de dos puertas pivotantes, que permiten unificar los espacios si se dejan abiertas. Por otro, conecta con el salón con un hueco semicircular, que se encinta de mármol de la misma manera que el resto de umbrales, y que además deja entrar la luz a la cocina y le otorga vistas del exterior.

El mobiliario cobra un especial papel en la vivienda gracias a piezas que están a caballo entre dos estancias, como el que une la cocina y el salón-comedor. "Se trata de un elemento común que difumina sus límites, cambiando ligeramente su composición para ser mueble de cocina, estantería, soporte para el sofá, y mueble de la televisión", señalan desde el estudio. Su forma curva se acaba convirtiendo en una barra que alarga la cocina hacia la sala, "un lugar donde hacer el aperitivo y charlar mientras se cocina". A la vez, este mismo mueble introduce parte de la sala en la cocina y funciona como estantería para colocar elementos decorativos o libros.

Para conectar también con el pasado de la vivienda se ha conservado el pavimento hidráulico original salvo en los dos espacios donde no estaba: los baños y la cocina. En esas dos estancias, que sobre todo en el caso de la cocina adoptan así un papel diferenciador, se ha añadido un pavimento cerámico 30x30 combinado con piezas de mármol verde a modo de mosaico. Por último, en los baños las paredes y el techo toman el mismo verde oscuro del pavimento del suelo creando una caja de color que aporta sensación de intimidad.

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