Hay muchos materiales que destacan por su belleza, durabilidad y capacidad para contar historias a través de los años. Pero ninguno como nuestro protagonista de hoy. Venerado tanto por su nobleza como por su resistencia, la piedra se lleva la palma cuando hablamos de fachadas. Aunque no tiene rival, hay que saber utilizarlo y por eso, Hoy, de la mano de Lourdes Martínez Nieto, arquitecta gallega y referente en el uso de la piedra en diseños de fachadas, hablaremos de todo lo que tienes que saber si tienes en mente utilizar este material para tu fachada.
La piedra: una elección con carácter
Según Martínez Nieto, "la piedra es un material noble de gran calidad y durabilidad, con una gran inercia térmica". Su uso no solo se limita a realzar la estética de un edificio sino también a jugar con la sensación de continuidad entre el interior y el exterior, creando espacios que fluyen sin interrupciones. "Nos permite jugar con planos y volúmenes que entran y salen sin necesidad de generar cortes", afirma la arquitecta, destacando la versatilidad de este material tanto en interiores como en exteriores.
La textura orgánica de la piedra aporta un carácter y una calidez únicos a los espacios, convirtiéndose en protagonista con pocos elementos adicionales. Martínez Nieto sugiere combinarla con materiales como el hormigón, la madera o el acero para resaltar su presencia. Sin embargo, es crucial considerar el entorno de la vivienda, pues "hay piedras del lugar que funcionan genial y se integran muy bien en el paisaje", explica. Esto abre la puerta a jugar con distintos materiales en la fachada, creando contrastes y puntos de interés arquitectónico.
"No es necesario hacer todas las fachadas de piedra como en una casa rústica, puedes jugar con unos volúmenes en piedra y otros en revocos de cal, incluso con otros materiales, para que esos tramos de fachada sean singulares. Es importante la forma de colocarla y el tono, así como su calidad y porosidad, ya que hay distintos tipos y no todos son aptos para algunos climas", apunta.
Tipos de fachada de piedra y consideraciones técnicas
Dentro del mundo de las fachadas de piedra, Martínez Nieto distingue entre la sillería, con sillares de piedra de gran espesor típicos de las casas de antes con muros de 80-60cm de espesor, y la piedra aplacada, de menor grosor y adherida sobre otra superficie como lajas, marés, etc. de unos 6-8cm de espesor. Cada opción tiene sus implicaciones técnicas y estéticas.
Sillería
Rehabilitar una vivienda con fachada de sillería requiere una revisión detallada del código técnico de la edificación, "para comprobar si es posible justificar el dejar la piedra vista al interior y al exterior, ya que en la mayoría de los casos al sobrepasar un porcentaje de actuación hay que cumplir con todos sus puntos y no es posible. Sin embargo en las fachadas medianeras o muros interiores, puedes conservarlos y rehabilitarlas aportando gran calidez a la vivienda", explica.
La elección entre dejar la piedra vista al exterior o al interior dependerá de varios factores, incluyendo el deseo de aislar y prevenir humedades. Martínez Nieto menciona técnicas como trasdosar la fachada al interior o utilizar sistemas de aislamiento exteriores específicos para proteger y destacar la piedra.
- Al exterior: "podemos trasdosar la fachada. Esto quiere decir que generamos una cámara que aísla y previene humedades, con acabados tipo pladur, panelados de madera, etc."
- Al interior: "hacemos lo mismo pero a la inversa, aislando al exterior con un sistema tipo sate, fachada ventilada, fábrica, etc."
- "También puedes jugar con ambos y decidir en qué zonas la destacas y en cuáles no".
Y si los muros son muy anchos, la arquitecta señala algo muy importante al recuperar la piedra: "limpiarla, hidrofugarla y hacer un nuevo rejuntado, cambiar las carpinterías exteriores para lograr que el conjunto de la fachada cumpla con las transmitancias de la zona exigidas". "Hacer un forjado sanitario e impermeabilizar y drenar los perímetros exteriores, pueden ayudar a que llegue a cumplir la normativa y puedas dejarla vista a ambos lados de la misma, como en el caso del Caserío Andion, que rehabilitamos en los inicios del estudio y cumple estas condiciones", apunta.
En palabras de la arquitecta: "Si no quieres renunciar a ninguna de las dos situaciones, otro truco es abrir huecos tipo terrazas, donde el vidrio es la fachada y la piedra está en un plano anterior - pasando a ser un elemento meramente decorativo".
Piedra aplacada
Si la fachada de piedra es aplacada es otra forma de construir y en este caso te podrás permitir el dejarla vista al interior y al exterior porque puedes jugar con cámaras, aislantes, etc. "Dando la sensación de continuidad y tosquedad deseada sin renunciar a cumplir el código técnico. Para ello tendrás que decidir qué tipo de piedra utilizar, si buscas un aspecto orgánico como la sillería o más geométrico y ordenado como aplacados de travertino, granito, etc. No es lo mismo uno que otro por la forma de recibirlo y ejecutarlo", explica.
Para los que quieran conseguir un aspecto más orgánico, hay que tener en cuenta que "no podrán colocarlo en una subestructura directamente y tendrán que generar un plano continuo sobre el que recibirlo, por lo que sistemas de fachada ventilada o SATE seguramente no sean la solución constructiva más acertada", señala.
Sin embargo, si hablamos de piedra más geométrica, podremos fijarla en una subestructura directamente.
Alternativas y consejos finales
Más allá de la piedra, la arquitecta sugiere explorar alternativas como revocos de cal u otros materiales que permitan crear fachadas singulares. La clave está en la forma de combinar estos materiales con la piedra para lograr un balance estético y funcional.
Finalmente, Martínez Nieto recalca la importancia del rejuntado en la estética de la fachada de piedra. La decisión entre dejar las juntas a hueso o utilizar mortero puede cambiar radicalmente el aspecto de la fachada, siendo esencial considerar la zona climática para evitar problemas de durabilidad.