Pretty in pink: la invasión rosa

Solo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de la popularidad desmesurada que ha adquirido el color rosa durante el último año. Publicidad, ropa, diseño de muebles y hasta arquitectura, está por todas partes. En la foto, pabellón en forma de piña rosa de origami de Studio Morrison en un jardín público de Reino Unido.

Se dice que el origen de su ascenso al estrellato del rosa se sitúa en el estreno de la película El Gran Hotel Budapest, de Wes Anderson, que puso de moda de nuevo los tonos pastel y auguró una nueva vida para el rosa, más allá de su denostada relación con la cursilería.

Además de utilizarse en moda y objetos, este color empieza a inundar interiores y exteriores arquitectónicos. Un ejemplo de ello lo encontramos en Polonia, donde Bruck Studio ha creado una pastelería completamente envuelta en terciopelo rosa. Los autores del proyecto admiten las inspiración en Anderson, pero añaden además otra referencia cinematográfica: Marie Antoinette, de Sofía Coppola, que ya en 2006 levantó pasiones por los tonos pasteles.

En la pasada edición de la Semana del Diseño de Milán se puso de manifiesto la enorme popularidad del rosa entre los amantes del diseño. Se presentaron infinidad de proyectos en tonos rosados, pero sin duda el más destacado fue el del diseñador franco-italiano Marc Ange, que presentó Le refuge, una gran cama rodeada por una jungla de  palmeras de metal que era un verdadero homenaje a este color. El autor lo define como un lugar relajado que invita al descanso y nos transporta hasta nuestra infancia. Este fue el proyecto más fotografiado y compartido de las redes sociales de todo el evento y uno de los más destacados en la prensa internacional.

La popularidad de este color ha conseguido traspasar la pequeña escala y se ha dejado ver también en proyectos de grandes dimensiones. En Londres, el estudio Duggan Morris ha construido un edificio con la fachada de aluminio teñido en color rosa. El estudio asegura que la elección de este tono no tiene nada que ver con la tendencia de marras; defienden haberlo elegido tanto por sus cualidades innatas como por su humanidad y sus diferentes tonalidades. Además establecía un diálogo cromático con los tonos rosados del ladrillo de la cercana estación de King Kross. Lo cierto es que el edificio ha levantado una inusual expectación gracias al color de su fachada.

Hay otros proyectos en que el uso del rosa está sobradamente justificado. Es el caso de la transformación que hicieron de un granero el estudio Mezzo Atelier en el que pintaron la fachada para que se asemejara a las casas de alrededor que ya tenían este tono. Aún así la tonalidad de la fachada ha llenado titulares de revistas de arquitectura de todo el mundo.

A finales del año pasado el reconocido artista Anish Kapoor colgaba una foto enseñando su dedo índice cubierto de un pigmento rosa fluorescente conocido como el color más rosa del mundo. Esto no llamaría la atención si no fuera porque el creador del tinte, el artista británico Stuart Semple, prohibió legalmente su uso a Kapoor como represalia porque éste tiene los derechos exclusivos sobre el pigmento Vantablack, conocido como la tonalidad negra más oscura existente.

La relación del rosa con la tranquilidad le ha llevado a ser el protagonista indiscutible del proyecto que presentó Nathalie Harb en la Semana del Diseño de Beirut, Silent Room, un pabellón en el que los visitantes del evento podían descansar del ruido y disfrutar del silencio durante 30 minutos en su interior.