La palabra oasis suele emplearse a menudo en sentido figurado, pero en el caso del Jardín Majorelle la literalidad del término es absoluta: los gruesos muros de color índigo que encierran esta villa y su jardín de 9.000 metros cuadrados poblado por cactus, palmeras y plantas suculentas entre estanques ofrecen al visitante un insólito refugio sereno y refrescante para desconectar del bullicio a veces desbordante del zoco de Marrakech. Un rincón mágico y de gran belleza que se ha convertido en parada obligada para quien se acerque a conocer la antigua ciudad imperial marroquí.

Palmeras, cactus y plantas acuáticas crean un entorno refrescante y de belleza mágica.

No es de extrañar que Yves Saint Laurent (YSL) y su pareja Pierre Bergé se enamorasen de este lugar cuando lo descubrieron en 1966 en el primero de sus viajes a Marrakech. Los Jardines Majorelle deben su nombre al artista Jacques Majorelle, quien en 1922 adquirió una finca de palmeras al borde del palmeral de Marrakech, cuando esa parte de Marruecos era protectorado francés. En 1931, el artista encargó al arquitecto Paul Sinoir la construcción de un chalet en estilo art déco con reminiscencias moriscas, alrededor del cual creó un exuberante jardín. El conjunto adquiriría su aspecto definitivo en 1937 cuando Majorelle lo pintó con un color azul intenso creado exclusivamente por él, el azul Majorelle.

Los jardines ofrecen un refugio de tranquilidad frente al caos bullicioso de la vecina medina de Marrakech.

Para cuando YSL y Pierre Bergé dieron con el lugar por primera vez, el Jardín Majorelle había comenzado a entrar en decadencia debido a la desaparición de Jacques Majorelle en 1962. Sucesivas visitas no hicieron más que ahondar en la pasión de la pareja por el sitio. Por eso, en 1980, ante la posibilidad de que acabara convirtiéndose en un hotel que desvirtuara su diseño, decidieron adquirirlo y hacer de él un lugar de retiro e inspiración.

Trabajaron con el paisajista estadounidense Madison Cox, muy cercano a ambos, para reacondicionar el lugar respetando la esencia original de la villa. Rebautizaron el chalet como Villa Oasis y lo convirtieron en el lugar preferido de Saint Laurent para diseñar sus colecciones. El modisto solía decir que había descubierto el poder del color en Marrakech gracias a Majorelle, pues antes diseñaba únicamente en blanco y negro. "Desde hace muchos años he encontrado en el Jardin Majorelle una fuente inagotable de inspiración, y a menudo he soñado en sus colores únicos", afirmaba.

Yves Saint Laurent siempre dijo que en Majorelle tuvo una fuente inagotable de inspiración en torno al color.

Tras la desaparición de la pareja (YSL murió en 2008, y Pierre Bergé en 2017), el Jardín Majorelle abrió al público, al igual que la casona azul estilo art déco que Bergé había convertido en un museo de la historia bereber en homenaje a las etnias autóctonas del norte de África. Allí se exhibe una colección de artefactos, joyas y disfraces tribales junto con algunos trabajos personales de Saint Laurent y Bergé.

Quien desee completar su acercamiento a la obra de YSL y su especial relación con Marrakech también puede visitar el museo adyacente al Jardín Majorelle diseñado por Studio KO y abierto en 2017.