Cuando se habla de aerogeneradores, tanto si nos referimos a la grandes instalaciones industriales como a los sistemas más pequeños diseñados para el ámbito doméstico, la imagen que nos viene inmediatamente a la mente es la de una estructura vertical, normalmente dotada con palas –aunque ya existen prototipos de aerogeneradores que son capaces de producir electricidad sin necesidad de estas últimas–, que se alza a cierta altura para un mejor aprovechamiento del viento.

A pesar de que la eólica sigue siendo una de las fuentes de energía renovable más rentables y eficientes que existen, precisamente esta "aparatosidad" del diseño de los elementos que la aprovechan ha impedido hasta ahora una mayor penetración en las casas en comparación con las placas solares, más fáciles de integrar en la arquitectura.

Las palas pueden tener diferentes diseños y colores para integrarse mejor en la arquitectura.

Sin embargo, Joe Doucet ha lanzado una propuesta que, de ser viable comercialmente, podría revolucionar esta idea preconcebida sobre el diseño de aerogeneradores. El diseñador neoyorquino ha creado un "muro eólico" formado por un conjunto de palas rotativas que giran individualmente, impulsando un minigenerador que produce electricidad, la cual se puede consumir de forma inmediata o almacenarse en una batería.

El sistema consiste en un bastidor al que se fija una retícula de 25 generadores de turbinas eólicas, las cuales pueden tener diferentes diseños, sobre varillas verticales. Doucet, que ya ha construido un prototipo, afirma que uno de estos muros podrían suministrar energía a un hogar medio estadounidense, que suele consumir algo más de 10.000 kW/hora al año.

Según su autor, el muro eólico podría satisfacer las necesidades energéticas de un hogar medio estadounidense, calculadas en 10.000 kW/h al año.

Este muro eólico en principio puede colocarse en cualquier lugar ya que basta una pequeña corriente de aire para mover las palas. Incluso podría cubrirse con él una fachada entera ciega. El hecho de que las palas puedan ser de diferente diseño y color contribuye también a un mayor juego compositivo. De este modo, funcionalidad y estética se darían por fin la mano en un sistema de energía eólica pensado, esta vez sí, para vestir y equipar una casa.