Son mayoría los que aún arrugan la nariz cuando escuchan hablar de vivienda colectiva. Aún está muy instalada la idea de propiedad privada clásica como sinónimo de felicidad. Pero los tiempos están cambiando; las necesidades colectivas están empezando a desplazar a las individuales y eso se refleja también en la arquitectura. Disponer de espacios compartidos en el propio edificio es una opción que, a día de hoy, inspira tanto proyectos públicos como privados.

Tener una estancia infantil o el propio gimnasio en la planta de abajo (o en la de arriba) permite ahorrar en desplazamientos, tiempo y dinero, a la vez que construye un sentimiento de comunidad más fuerte.

VPO CORNELLA MAYO 2021 15

Modulux Matrix, en Cornellà (Barcelona), de Peris+Toral (2021)

BEAU

Marta Peris y José Toral son los fundadores de Peris+Toral Arquitectes y los autores de Modulus Matrix, 85 viviendas sociales en Cornellà (Barcelona), merecedora, por ejemplo, del Premio Arquitectura Española CSCAE en 2022. El edificio cuenta con un patio bioclimático que sirve como espacio común de entrada para las 85 viviendas. En la quinta planta es posible disfrutar de una terraza comunitaria.

"Nos referimos a viviendas colectivas como aquellos edificios en los que existen zonas comunes compartidas por varias unidades de vivienda", afirman estos arquitectos afincados en Barcelona. "En nuestro caso, buscamos una secuencia entre lo público y lo privado", revelan.

Cornes Espacio Residencial

Cornes Espacio Residencial en Santiago de Compostela, de Carbajo Barrios (2022)

Luis Díaz Díaz

En la misma línea se expresan Manuel Carbajo y Celso Barrios, de Carbajo Barrios Arquitectura. "Nosotros intentamos que esos espacios compartidos sirvan como transición entre lo público propiamente dicho y el interior de las casas, provocando valiosos momentos de intercambio y socialización entre los usuarios", afirman estos autores con proyectos como 13 Rosas y Cornes Espacio Residencial en Santiago de Compostela, donde tienen instalado su estudio.

Viviendas Sociales en Ibiza, de Peris + Toral Arquitectes

Viviendas Sociales en Ibiza, de Peris + Toral Arquitectes (2022)

BEAU

Lugares de intercambio 

Un salón social, una lavandería o una zona de juegos infantiles son solo algunos ejemplos de los ámbitos comunes que pueden tener esta tipología de vivienda. Estos lugares de intercambio solían estar concentrados en la planta baja, pero actualmente la naturaleza de cada proyecto, unida a las necesidades de los residentes, hace que se acaben instalando en cualquier punto, aunque suponga un mayor reto para los arquitectos.

Manuel Carbajo y Celso Barrios cuentan que en el caso de Cornes Espacio S Residencial "lo más complejo fue mantener la coherencia y continuidad de los espacios proyectados, ya que no tenían una localización común".

Viviendas cooperativas La Chalmeta, en Barcelona

Viviendas cooperativas La Chalmeta, en Barcelona, de Pau Vidal y Vivas Arquitectos (2021)

José Hevia

Por su parte, desde Peris+Toral Arquitectes defienden que "la ubicación estratégica de los ámbitos compartidos puede crear flujos en el edificio que fomenten el encuentro entre las personas y su interacción". En Archie, un híbrido entre casa y hotel de alquiler de larga estancia para nómadas digitales, estas zonas son de máxima importancia.

"Es un edificio con amenities donde implementar el concepto de comunidad, donde trabajar y conocer gente en la piscina de la terraza", explica Jaime-Enrique Hugas, co CEO y cofundador de la promotora Conren Tramway.

Sostenibilidad social

Todo indica que esta modalidad no es flor de un día; ha llegado para quedarse. "Cada vez más la gente busca la oportunidad de completar su día a día con salas que inviten a realizar actividades en comunidad y que son de difícil encaje en los estándares y superficies de la vivienda actual", explican Carbajo Barrios. Sin mencionar el factor medioambiental.

Como plantean Peris+Toral, "la dimensión común de estos espacios compartidos puede crear intersticios bioclimáticos (atrios, patios o chimeneas solares) que permitan reducir la demanda energética de los edificios". 

Edificio Baltasar Santa Cruz Arquitectura

Proyecto Baltasar en Murcia, de Santa Cruz Arquitectura

David Frutos

Feedback positivo

La implantación de estas nuevas formas de habitar los edificios y las ciudades debe ir acompañada de un cambio de mentalidad. Según Manuel Carbajo, la gente reacciona muy positivamante ante estas modalidades, tanto por el valor añadido que supone como por las oportunidades que genera.

En línea con este argumento y haciendo referencia a la reacción que tuvieron los usuarios de su proyecto en Cornellà, Peris+Toral confiesan que "la gente se sorprendía de que la vivienda no tuviera vestíbulo, que se entrara por la terraza o que la cocina estuviera abierta en el centro de la casa". Pero dicen que se han ido acostumbrando a todas estas diferencias con respecto a los lugares que habían habitado antes, y que ahora les resulta de lo más normal.

Proyecto la Balma en Barcelona

Proyecto la Balma en Barcelona, del estudio Lacol en colaboración con la cooperativa La Boqueria (2021), cuenta con 20 viviendas configurables por sus usuarios

Milena Villalba

"La superficie generosa de las habitaciones, la cantidad de reserva de espacio para almacenaje y la ausencia de pasillos hacen que la vivienda parezca mayor de lo que es", comentan en referencia a la parte más privada. "Las terrazas y los espacios intermedios también han sido muy bien recibidos, sobre todo después de la pandemia". Se gana en confort, y el fantasma de la soledad, especialmente en la tercera edad, desaparece.

 

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