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Vestimenta de prisioneros expuesta en Centro de Exposiciones Arte Canal Auschwitz
Pablo Á. Mendivil, cortesía Musealia

Vestimenta de prisioneros expuesta en Centro de Exposiciones Arte Canal.

Brochas de afeitado pertenecientes a víctimas Auschwitz
Pawel Sawicki © Auschwitz-Birkenau State Museum - Musealia

Brochas de afeitado pertenecientes a víctimas transportadas a Auschwitz.

Caja de madera elaborada por el prisionero polaco Bronisław Czech  en Auschwitz
Pawel Sawicki © Auschwitz-Birkenau State Museum - Musealia

Caja de madera elaborada por el prisionero polaco Bronisław Czech.

Hebilla metálica de cinturón de las SS nazis Auschwitz
Pawel Sawicki © Auschwitz-Birkenau State Museum - Musealia

Hebilla metálica de cinturón de las SS nazis.

Lata de gas Zyclon B  Auschwitz
Pawel Sawicki © Auschwitz-Birkenau State Museum - Musealia

Lata de gas Zyclon B, insecticida utilizado en las cámaras de gas. 

Juego de mesa antisemita Juden Raus Auschwitz
Pablo Barea © Musealia

Juden raus, juego de mesa antisemita.

Postes y alambrada en Auschwitz
Pawel Sawicki © Auschwitz-Birkenau State Museum - Musealia

Postes y alambradas en Auschwitz.

Puerta de acceso a Auschwitz
Pawel Sawicki © Auschwitz-Birkenau State Museum - Musealia

Puerta de Acceso a Auschwitz.

"Arbeit macht frei". El trabajo os hará libres. Era el cartel que recibía a los millones de desgraciados que encontraron una espantosa muerte en el universo concentracionario de Auschwitz-Birkenau. La capacidad del régimen nazi para esconder el horror tras eufemismos no conocía límite; por ello eran maestros de la propaganda. A este y otros sumideros de vidas (Sobibor, Treblinka, Dachau...) les llamaban campos de trabajo. (Otros ejemplos: al asesinato masivo de judíos en Polonia también se le denominó "festival de la cosecha", y a su deportación, "reacomodo").

El campo de exterminio más famoso de la historia no solo es el símbolo de una época convulsa, los años treinta del siglo XX y su brutal epítome, la Segunda Guerra Mundial, sino también, y especialmente, de los extremos a los que puede llegar cualquier totalitarismo. Eso es algo que nunca hay que olvidar. Lo deja bien claro el título de la exposición que el Centro de Exposiciones Arte Canal de Madrid acoge del 1 de diciembre al 17 de junio de 2018: Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos. Será el único destino en España de una muestra que posteriormente recorrerá trece ciudades europeas y americanas.

La exposición mostrará a lo largo de un espacio de 2.500 metros cuadrados más de 600 objetos originales del mayor de los campos nazis alemanes, en su mayoría pertenecientes a la colección del Museo Estatal de Auschwitz – Birkenau, custodio y gestor de los restos del antiguo campo nazi alemán de concentración y exterminio, hoy patrimonio de la Unesco. Será la primera vez que la gran mayoría de estos objetos se mostrará al público, tras ser sometidos a un complejo y exhaustivo proceso de conservación. Las entradas para visitar la exposición se encuentran ya a la venta en la web www.auschwitz.net

La iniciativa ha sido concebida y diseñada por la compañía española Musealia y un equipo multidisciplinar de expertos liderados por el historiador Robert Jan van Pelt, junto al equipo de comisarios, conservadores, archivistas e investigadores del Museo Estatal de Auschwitz – Birkenau. Se trata de una colaboración sin precedentes, dada la gran cantidad de piezas cedidas por esta institución y el carácter itinerante e internacional de esta nueva exposición, que durante su estancia en España contará con la colaboración especial de Canal de Isabel II y la Comunidad de Madrid. Más de 20 instituciones, museos y coleccionistas privados de diferentes naciones han colaborado en el proyecto, entre ellos el Yad Vashem de Jerusalén y el United States Holocaust Memorial Museum.

En palabras de Luis Ferreiro, director del proyecto expositivo, "La historia es, muchas veces, un grito mudo que surge de lo más profundo de la tierra. Este grito sin voz se convierte en el caso de Auschwitz en una advertencia de hasta dónde pueden llegar las fronteras de la barbarie humana. Ahí radica la necesidad y utilidad de esta exposición para nuestra sociedad”.