Decorar con tela de lino rustico

Con un acento rústico

El lino tiene una larga presencia en la decoración rústica por su origen natural. En sus diferentes texturas y variedades y por sus suaves tonalidades, combina de manera magistral con materiales como la madera, el barro y la cerámica, creando ambientes cálidos.

Tapicerías impecables

Por su resistencia, las fibras de lino más gruesas son muy apreciadas para tapicería y fundas. Sus fibras son elásticas y se adaptan bien a ángulos y rincones. Los tapizados lisos y en tonos neutros no pasan de moda y amplían la luminosidad de la estancia.

Servicio elegante

Una de sus cualidades más apreciadas es la suave caída de la tela. Es ideal para mantelerías, en especial para los diseños oversize. Para los manteles se recomiendan con una pequeña proporción de resina, que da firmeza a la tela, los protege frente a las manchas y reduce las arrugas.

Ligera y fresca

Suavidad y resistencia son las dos grandes ventajas del lino que se imponen en su elección en la ropa de cama. Lee bien la etiqueta: si tiene más de un 10% de linaza en su composición, es de gran calidad. Además, se adapta a la temperatura corporal: es fresca en verano y cálida en invierno.

Ecológica y sana

El lino es un producto natural y renovable: no agota los recursos naturales. Su cultivo apenas precisa fertilizantes químicos, es biodegradable y reciclable: una tela muy sana para tu casa. Lava las piezas por separado; es posible que destiñan.

En todas sus tonalidades

En su estado original, las tonalidades de lino varían desde los blancos más o menos vainilla, los crudos y tostados hasta la gama de grises. La fibra puede blanquearse –aunque pierde resistencia–, pero también se tiñe con facilidad.

Baños naturales

Con la llegada del frío, conviene poner la casa al día con nuevos textiles y complementos. El lino encaja a la perfección en un baño como el de la fotografía, realizado a base de materiales naturales como la piedra. Los colores suaves contribuyen a crear un clima agradable.

Como un lienzo

El lino cae muy bien; así lo ha demostrado a lo largo de la historia. Sirvió como base para la escritura durante siglos y, durante el Renacimiento, se convirtió en lienzo para pintores como Tiziano. En la fotografía, propuesta de la colección Africa Animal de la firma Lo de Manuela.