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mobiliario sostenible (1).

Escritorio con frentes de cajón de paja entretejida, de Andrew Joye.

mobiliario sostenible (10).

Estante caballete para artistas, de Emily Taylor.

mobiliario sostenible (7).

Zapatero entretejido y pintado de roble rojo, de Tom Morgan.

mobiliario sostenible (22).

Mesa de centro inspirada en el brutalismo, de Farrell Livingstone.

mobiliario sostenible (8).

Tocadiscos y mueble bar, de Daisy Brunsdon.

mobiliario sostenible (13).

Estanterías y perchero, de Michael Buick.

mobiliario sostenible (17).

Cajones y estantería de roble rojo doblado al vapor, de Marcin Waszak.

mobiliario sostenible (19).

Escritorio con macetas insertadas, de David Howson.

mobiliario sostenible (11).

Aparador de roble rojo, pizarra y papel washi, de Darren Scott.

Uno de los ejercicios más fascinantes y a la vez complejos del acto de consumir es conocer el ciclo de vida de un producto: de dónde procede, cuánta energía se ha consumido en su realización y qué impacto tiene al final de su vida útil. Probablemente esta información haría que muchos de nosotros nos lo pensáramos dos veces antes de decidirnos por uno u otro objeto, o que eligiéramos otras opciones no tan evidentes.

Rycotewood Furniture Centre, ubicada en Oxford, una de las instituciones de enseñanza para la fabricación de muebles más respetadas del Reino Unido, ha colaborado con la American Hardwood Export Council (AHEC) para producir una serie de piezas de mobiliario a partir del roble rojo estadounidense en la que se ha tenido en cuenta el Análisis de Ciclo de Vida (ACV). Esto ha sido posible gracias a que la AHEC dispone de una base de datos para el Análisis ACV de las principales especies comerciales de frondosas estadounidenses, la cual se considera actualmente la más completa de su tipo en el sector de la madera. La base de datos permite calcular a los prescriptores y usuarios finales la huella de carbono y otros impactos medioambientales más amplios de su partida de madera, desde el bosque, pasando por su primera transformación, hasta la entrega en cualquier parte del mundo.

Cada alumno de Rycotewood aprovechó esta herramienta para completar el ACV de su mueble combinando estos datos con información sobre otros materiales utilizados y haciendo un estricto seguimiento y registro del consumo de materiales y energía, desde la madera aserrada hasta el artículo terminado. El reto planteado a los estudiantes de Rycotewood fue transformar una cantidad estrictamente limitada de madera en un práctico mueble de almacenamiento. Desde su perspectiva de patrocinador del proyecto, AHEC también pretendía aumentar el conocimiento de los estudiantes sobre el recurso forestal de frondosas de EE. UU., especialmente sobre el valor y el potencial del roble rojo, una especie abundante y renovable.

David Venables, director europeo de AHEC, considera que este aspecto del proyecto es un "ejercicio increíblemente valioso, pues el ACV se convertirá en una consideración cada vez más importante en toda la industria. Tener la capacidad de diferenciar materiales de baja emisión de carbono y bajo impacto ambiental, como la madera de frondosas estadounidenses, y ser capaz de respaldarlo con datos, tendrá cada vez más importancia para el clima y para alcanzar acuerdos comerciales".