El pingüino emperador, endémico de la Antártida, es el más grande y de mayor peso de su especie, y su supervivencia en su hábitat natural está cada vez más amenazada por culpa del calentamiento global. El pronóstico de los científicos es alarmante, ya que la incubación de huevos y la cría se vuelven progresivamente problemáticas. El proyecto del arquitecto iraní Sajjad Navidi pretende abordar tanto la situación del pingüino emperador como el derretimiento del hielo polar, mediante el proyecto que ha presentado al Concurso bianual de Arquitectura y Arte de la Fondation Jacques Rougerie, en la categoría "Innovación para el mar".

El sistema se divide en dos: en la parte superior, el iglú flotante para amparo de los pingüinos, y su mitad invertida, parecida a una esponja marina, que enfría las aguas.

Su innovación reparadora de la catástrofe bio-ambiental consiste en un sistema dividido verticalmente en dos partes, con una forma de iglú que protege a los pingüinos y un caparazón subacuático que combate el deshielo polar. La parte superior sustituye artificialmente un hábitat natural cada vez menor en las plataformas heladas de la Antártida. En el iglú diseñado por Sajjad Navidi, los pingüinos emperador podrán seguir poniendo sus huevos, calentándolos sin temor a que el hielo se derrita antes de que los polluelos puedan sobrevivir en el refugio. A su vez, el diseño de la parte sumergida del iglú se basa en la esponja marina y está conectada a un péndulo oscilante que, cuando es movido por ondas, genera electricidad y enfría el área, intentando remediar en esa mínima medida el mal causado durante las últimas décadas en el aire, la tierra y el agua en que vivimos y convivimos con todas las especies del planeta. Al enfriar el agua alrededor de esos hielos que crujen y se derriten, Navidi espera que su propuesta ayude a mejorar la situación. Además, estas estructuras inferiores están concebidos como elementos independientes, que pueden desprenderse de las casitas temporales de los pingüinos, y el arquitecto imagina que esas estructuras submarinas podrían trasladarse a otras zonas necesitadas de control del deshielo.

La mitad sumergida del iglú está pensada para que se desprenda y tenga vida autónoma, bajo las aguas, en busca de áreas que necesiten enfriamiento.

El Sistema de Protección del Pingüino es todavía un proyecto, un concepto de diseño benefactor, reparador de la vida natural que el pingüino emperador (calculan que la población se ha reducido a la mitad) va perdiendo. El habla popular ha llamado "caballeros de frac" a los pingüinos. Los palacios de estos caballeros son, ahora, hielos menguantes. La naturaleza necesita proyectos así de esperanzadores.