Lucía Ciller (Murcia, 1989) vio en el diseño de iluminación una forma de expresar una creatividad que no encontraba como arquitecta. Sin que sus clientes se lo pidieran, comenzó a proponer cambios para que los espacios fueran más bonitos, acogedores y funcionales de como se habían proyectado originariamente: "Que si una luz indirecta por aquí, que si una ilumi- nación sutil integrada en el pasamanos como una pieza escultórica, etcétera". Una vez le picó la curiosidad, se especializó como lighting designer y fundó su estudio Luzmixtura, desde el que acomete tanto la creación de lámparas con un enfoque artesanal como el diseño de proyectos de iluminación integrales y a medida para hoteles, restaurantes y viviendas.
Sus piezas son peculiares porque el elemento difusor no es la típica pantalla tridimensional, sino una corona circular compuesta de una o varias piezas de cristal. "Al bocetar la forma, la textura y el material ya estoy pensando en cómo la luz puede incidir en el objeto y en qué efecto puede crear. Con el modelo Cristalina –al que posteriormente se añadió la colección Otto– buscaba romper dos tabués del mundo de la iluminación más comercial: la mezcla de materiales y el toque de color.
Las coronas de vidrio fusing –técnica que superpone varias placas sobre un vidrio base–reflejan la luz o la dejan pasar en menor o mayor cantidad según su tonalidad. Esto hace que el efecto sea diferente en cada lámpara, aunque todas tienen algo en común: generan una sensación ambiental y decorativa que evoca la contemplación de las puestas del sol en el Mediterráneo".
Defiende la creación artesana: "Creo en el cambio de los procesos de producción hacia lo local y cercano como parte de la solución a nuestros problemas medioambientales". Un argumento al que se añade la pura satisfacción personal: "Para mí es desconectar del ordenador, dibujar a mano, experimentar con los materiales y aprender de mis artesanos. Es un disfrute".