Reinventada tras una restauración, la icónica tienda en Barcelona de Loewe ha vuelto a abrir sus puertas aprovechando la diada de Sant Jordi. El emblemático establecimiento se sitúa en el corazón del distrito de la moda de la ciudad, en la modernista casa Casa Lleó i Morera del Paseo de Gracia, diseñada por el arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner, en el que ha recuperado sus techos originales, que cuenta con detalles en pan de oro. Huyendo del planteamiento de tienda convencional, Jonathan Anderson, director creativo de la firma, ha creado un lugar íntimo de lujo y cultura, diseñado para evocar una galería de arte, con obras artísticas que forman parte de la colección de la marca de moda y complementos, así como nuevas instalaciones creadas en exclusiva para la tienda que busca ser punto de encuentro para los amantes de la marca y de las artes plásticas.

Interior de la tienda de Loewe.

Con esta idea, tras la extensa remodelación, la flagship se ha transformado en una lujosa galería de arte. Las obras que se exhiben son una antología de artesanía, diseño y arte escogidas según criterios de excelencia, innovación y calidad artesanal. En el restaurado espacio, además de las últimas novedades de los diseños del modista británico J.W. Anderson, hay instalaciones de artistas como Tanabe Chikuunsai IV y su escultura a gran escala construida a partir de bambú o una estructura de macramé que cuelga del techo de la planta baja ideada por la catalana Aurelia Muñoz.

También incluye la pieza Dangling Hairy Hug, de Haegue Yang, que comparte espacio en la entrada principal junto a una vidriera hecha por el artista Richard Wright, además de ocho cerámicas de Pablo Picasso y un biombo decorativo de cuatro paneles de Marc Camille Chaimowicz. A estas obras se unirán esculturas de artistas de diversas disciplinas, como Richard Tuttle, Zizipho Poswa y Takayuki Sakiyama, finalista del Loewe Foundation Craft Prize en 2021.

Una de las ocho cerámicas de Picasso escogidas.

En el espacio barcelonés, cada esquina y ambiente está cuidado. Por eso se han escogido piezas de mobiliario contemporáneo que se han repartido por toda la instalación e incluye alfombras de John Allen, sillas Utrecht de Gerrit Thomas Rietveld, mesas de Alex Vervoordt y pequeños cubos cerámicos de Tomonari Hashimoto. Estos muebles conviven en armonía con piezas antiguas, como una mesa baja rústica y un taburete de alas, ambos del siglo XVI, que comparten protagonismo con un sillón de roble William Birch de 1905.

La escultura de macramé de la catalana Aurelia Muñoz expuesta en la tienda de la firma.

Y como en el buque insignia de la firma en Barcelona no puede faltar la artesanía, ésta se ha plasmado en una pared de azulejos en tonos blancos y azul y en columnas vestidas de cerámica creada por los artesanos de Ceràmica Cumella, una fábrica catalana creada en 1880. Además, las barandillas de las escaleras hacen referencia a los diseños Arts & Crafts de William Morris y, los 512 metros cuadrados de tienda, cuentan con mostradores de madera de arce y suelo de hormigón de aspecto moderno.