Visitamos el primer club privado para mujeres profesionales en Barcelona

Juno House se ubica en un edificio histórico, la Farinera de Aribau, y lo tiene todo para conciliar vida laboral y personal y fomentar la colaboración entre sus usuarias: salas para conferencias, restaurante, gimnasio, biblioteca, club nocturno... Y con un diseño que invita a quedarse.

En la zona de la nave se ubican un área que ayuda a potenciar las relaciones sociales, cabinas insonorizadas para la grabación de podcasts o una biblioteca nutrida con libros traídos por las propias socias. También se encuentran una pequeña tienda y un restaurante de autor.
Juno House

Cristina Ros

Redactora de Arquitectura y Diseño

17 de octubre de 2022, 09:30

Solo lleva unos meses abierto y ya tiene lista de espera. Se trata de Juno House, un nuevo club privado en Barcelona para mujeres profesionales que no quieren desatender su lado personal. Meritxell Ribé y Josep Puigdomènech, de The Room Studio, han sido los encargados de poner contexto a este proyecto, ubicado en el centro de Barcelona. La sede de Juno House se divide entre un edificio histórico de 1930 –la antigua Farinera de Aribau– del que se han conservado muchos elementos, y una nave anexa completamente vacía en la que tocó partir de de cero. "No había absolutamente nada –reconoce Meritxell Ribé–, era como una hoja en blanco". La interiorista y su estudio conservaron la estructura de esta planta diáfana, pero idearon una distribución inédita, construyendo una nueva escalera y cambiándola de lugar. Todo ello para contener todos los usos previstos para esta zona: desde una tienda a un restaurante, pasando por un escenario para conciertos en pequeño formato.

UNA VIDA A MEDIDA

Uno de los principales retos a los que se enfrentaba el estudio era lograr una coherencia entre todos los espacios de esta nave y los del edificio: "Queríamos que en todas partes hubiera la sensación de estar en Juno House", dice Meritxell. Para ello, priorizaron los muebles a medida, trabajaron con una misma paleta de materiales y recurrieron a una colección de colores cercanos al terracota, el color corporativo de Juno. La fórmula funciona tanto en la nave como en las cuatro plantas que conforman el edificio, en las que la oferta también es muy completa: la primera planta está destinada a Club House, un acogedor espacio con la luz tenue para cenar, tomar unas copas o celebrar un cumpleaños o una cata; en la segunda planta está Little Juno, dedicada a los hijos pequeños y no tan pequeños de las socias, con talleres de danza o pintura; la tercera se destina al autocuidado, con tocadores, tratamientos de belleza y un spa, y la cuarta y última planta es una inspiradora sala de yoga con la estética de un gimnasio de Nueva York, el lugar de origen de las propietarias.

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