La obra de Rachel Valdés, ex de Alejandro Sanz, reflexiona sobre espacios deshabitados

The Begining of The End (2016), su primera gran obra de arte público, estuvo expuesta dos meses en la icónica Times Squarede Nueva York y fue vista por unos dos millones de personas. Aquello, paradójicamente, fue el comienzo de la carrera de Rachel Valdés (La Habana, 1990). Con piezas en destacadas fundaciones de Nueva York, Miami y México , y en España por el momento solo en colecciones privadas –hizo una instalación inmersiva para una marca de moda en 2022–, estrena muestra individual en una galería madrileña. Formada en bellas artes en Cuba, exponer por primera vez en Madrid, para ella, "tiene una carga emocional importante porque esta ciudad se ha convertido en mi segunda casa".

Eterno retorno

La idea filosófica de Nietzsche, según la cual los hechos y situaciones de ayer, hoy y mañana se repiten eternamente, es aplicable a su última propuesta: una veintena de piezas, entre acuarelas, fotografías, dibujos digitales y una instalación sonora, reunidas en la Galería La Cometa hasta el 16 de junio, bajo el nombre de Piscinas. Estas instalaciones abandonadas de La Habana por las que de niña sentía "atracción, pero a la vez miedo, una mezcla entre vértigo y fascinación", le sirven ahora como base para reflexionar sobre los espacios deshabitados.

"Patrones de escala monumental que se quedaron en mi subconsciente hasta el día de hoy, que los veo como una especie de monumentos al olvido" y que aluden al tiempo y hablan "del aislamiento, de la soledad, del vértigo". Los considera "templos, paisajes arquitectónicos de una belleza inconmensurable cuyas estructuras perfectas, corrompidas, pero fuertes, a lo mejor en algún momento volverán a funcionar como en el pasado". Un modo diferente de regresar a una ciudad siempre fascinante.