Netflix acaba de estrenar un reality de lo más sugerente. El título no deja lugar a dudas: Cómo diseñar una habitación erótica. La diseñadora Melanie Rose es la encargada de sorprender a las parejas con un dormitorio con aspecto de mazmorra rocanrolera u otro en forma de relajante spa.

La serie sigue el deseo de parejas como la de Taylor y Ajay, que piden a Melanie Rose que les dé un poco de vidilla con un sótano roquero. O la historia de Ouima y Jesse, quienes ven como su primer dormitorio como pareja toma forma de club privado estilo cabaret. O la de Tricia y Gary, juntos desde el instituto, que exploran, en su granja, su lado más fetichista. La varita mágica de Melanie convierte los deseos de sus clientes en realidad, poniéndonos un espejo sobre cómo querríamos los espectadores que fuese nuestra habitación erótica.

La charla de Melanie con los protagonistas de cada episodio es fundamental para decidir el aspecto de cada habitación.

En la serie, tienen tanto gancho las confesiones de los protagonistas (cada capítulo empieza con una entrevista en la que dan a conocer sus deseos sexuales más profundos) como la personalidad de la conductora y las situaciones hilarantes que se crean entre ella y su más estrecho colaborador durante las reformas de las habitaciones. Cómo diseñar una habitación erótica reivindica una sensualidad doméstica estética, rodeada de alicientes sexys y referentes inspiradores, en relaciones de dos o más, como en el caso de una suite glamurosa tipo Las Vegas para una familia poliamorosa.

Si todavía no estás preparado para dar el paso y convertir tu habitación en un escenario para el placer, en la serie también encontrarás prácticos y sencillos consejos sobre cómo explotar los recursos con los que ya cuentas. Por ejemplo, Melanie asegura que no hay nada más erótico que entrar en una habitación y encontrarse una cama recién hecha. En eso, dice, todos coincidimos.