Los amantes del golf tienen un nuevo aliciente en la Costa Brava. El antiguo Hotel Empordà Golf cobra una nueva vida con el nombre de Hotel Terraverda. El arquitecto Carlos Ferrater diseñó en 2005 el edificio inspirándose en las típicas cajas de madera para las manzanas del Empordà. Después de su actualización, a cargo de la arquitecta Adriana Porta, la silueta de madera establece ahora un diálogo más fluido con el paisaje circundante. A su lado, la Casa Club representa un espacio de distensión para los golfistas. En el exterior del hotel se ha dado mucha importancia a la zona ajardinada, ampliándola para que los clientes disfruten de un rico espacio al aire libre, para poder tumbarse, relajarse y disfrutar.

Lagranja Design junto a Sandra Tarruella, firman un diseño de interiores cercano y desenfadado, con materiales próximos y referencias a los dos campos de golf que rodean el edificio. El estudio catalán borda un proyecto imbuido por la arquitectura vernácula de la Costa Brava, abriendo las zonas públicas y creando un flujo espacial, sin perder la sensación de intimidad. La madera natural, los textiles, los tonos tierra, los verdes y los grises participan del juego

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hotel emporda campo de golf comedor con sofa
Eugeni Pons y Manolo Yllera

Junto al hotel se encuentra la Casa Club, un espacio con terrazas para disfrutar de los mágicos atardeceres y que incluye el restaurante Entrecamps. El interiorismo de Lagranja Design acentúa la calidez espacial de un refugio en contacto con la naturaleza.

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Eugeni Pons y Manolo Yllera

La cestería y las alfombras naturales forman parte del código visual, que pone el énfasis en una iluminación suave, cálida y acogedora.

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Manolo Yllera

De las 86 habitaciones -todas con vistas-, ocho son junior suite.

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Eugeni Pons y Manolo Yllera

En el restaurante Entrecamps se respira un agradable ambiente hogareño.