Son muchos los restaurantes que han firmado hasta la fecha, pero esta era la primera vez que Ala Zreigat y Óscar Engroba, los dos interioristas detrás de Astet Studio, se enfrentaban a un local tan pequeño. Pasó a principios de 2021, cuando el grupo de Dani García –para el que han diseñado muchos de sus espacios nacionales- les encargó darle forma a su segundo restaurante en el hotel Hyatt Regency Hesperia de Madrid, y al que el chef español quería llamar Smoked Room. En esencia, porque en sus escasos metros iba a ofrecer un menú degustación de 15 platos, algunos con técnicas e ingredientes japoneses, aunque todos cocinados a la brasa. "El humo es el hilo conductor de la carta al completo, de ahí el nombre", aclaran desde el despacho barcelonés.

Aunque la propuesta se descartó finalmente, el pasadizo descendente al restaurante iba a estar acompañado en un principio por humo real.

En 2022, el Smoked Room se ha llevado el primer premio de los Restaurant & Bar Design Awards en la categoría de espacios pequeños, que habitualmente pasan desapercibidos –tal y como ocurre con los cortometrajes- pese a que son los más complicados de resolver. Lo aseguran Engroba y Zreigat: "Cuando estás ante un local muy grande es más fácil desarrollar un interiorismo inmersivo que le llegue al comensal". Aquí, en cambio, hubo que plantear pequeños detalles que pudieran llevarse gran parte del protagonismo e impactar a primera vista, empezando por la puerta principal del Smoked, esculpida en madera negra, a la que se accede a través de un pasadizo con tiras led geométricas que indican el camino a seguir entre suelos, paredes y techos teñidos, una vez más, de una tonalidad negra.

El local de Dani García dispone de una salita más íntima en la que los interioristas de Barcelona incluyeron dos cabinas, con mobiliario y grandes luminarias a cargo de su estudio.

Ese es el color que también impera adentro, según concretan en el estudio: "Lo que el cliente quería era un restaurante que no fuera ni muy impostado ni extremadamente innovador, sino que diera la sensación de que siempre hubiera estado ahí". Por eso escogieron el ladrillo negro como revestimiento del local, combinándose con mobiliario y luminarias ideadas por Astet con apliques de metal y mallas en latón –una constante en los proyectos de Engroba y Zreigat-, y que concretamente recuerdan a las chispas del fuego. Lo hacen de forma literal, que es lo que se aprecia en una de las dos zonas del local, la dedicada a celebraciones y eventos más privados, así como en el área principal del Smoked.

Espejos, telas que filtran la iluminación… los revestimientos del Smoked Room están pensados para hacer un juego visual, de modo que el cliente no sepa –ni necesite saber- cuál es el tamaño real de este pequeño local.

¿Cuál es la peculiaridad de esta zona? "En ella está la cocina, que al ser abierta y contar con un espejo que refleja todo lo que pasa adentro, las seis personas que consigan mesa pueden ver la preparación de los platos", describen los dos interioristas, quienes titularon Omakase a esta área. Allí destaca aparte una gran parrilla para cocinar ciertas recetas y una barra de madera de arce japonés, la cual contrasta con el oscuro de los ladrillos y actúa al unísono con la vajilla, también japonesa, dando como resultado una experiencia de tres o cuatro horas casi teatral. Es idéntica a una platea, en este caso misteriosa y futurista, que a la vez explica por qué el Smoked Room tenía razones de sobra para llevarse en 2022 su merecidísimo premio.

Además de en el pasillo de la entrada, las tiras led adquieren un papel fundamental y expresivo en el corredor que conduce a los baños.

Salva López

Por si alguien es más de interiorismo que de gastronomía, la sala Omakase permite observar una infinidad de soluciones de diseño durante las tres o cuatro horas que puede llegar a durar la experiencia culinaria.

Otra de las estancias comunes del Smoked Room, donde se refuerza la sensación de estar comiendo o cenando en un espacio subterráneo, según el estudio, con un carácter misterioso y futurista.