Tras casi una década viviendo en este loft en el barrio de Poblenou, Barcelona, la pareja que lo habitaba decidió encargar su reforma a la arquitecta Ana García, directora de NeuronaLab. "El proyecto original carecía de optimización en cuanto a su altura de más de cuatro metros, no tenía jerarquización en el espacio y el almacenaje no estaba resuelto", asegura la experta en neuroarquitectura y bioconstrucción.

"Desde que hace unos años se convirtieron en padres, los propietarios necesitaban ampliar su vivienda en cuanto al número de estancias con usos definidos. Además, desde la pandemia, trabajaban puntualmente desde casa. Dada la imposibilidad de aumentar la superficie, decidimos trabajar desde la sección, proponiendo una zona de altillo a modo de litera infantil de gran tamaño", prosigue .

En su intervención, la arquitecta ha aplicado la máxima divide y vencerás. "Reorganizamos el espacio por medio de tres intervenciones: el cambio de posición del baño, la colocación de un altillo de madera en la zona de dormitorios y la disposición de un gran armario central". Este armario maravilla es una enorme caja de color turquesa que, delante y a cada lado, cuenta con dos espacios dominados por el blanco (la cocina y el baño). Atrás, se ubican separadas por un tabique, el dormitorio principal y el infantil. "De esta manera se generan cuatro estancias similares en cuanto a su tamaño e intercambiables entre sí", añade García.

La caja turquesa a su vez se ha dividido en dos aprovechando la altura del espacio para que, por dentro, sea un inmenso espacio de almacenaye y, por arriba, una amplia zona de teletrabajo. Gracias a esta intervención, los metros cuadrados útiles han pasado de 65 a 85, lo que ha hecho realidad el sueño de los propietarios. "Se ha cumplido con su objetivo que, principalmente, era no tener que mudarse a una vivienda familiar convencional fuera del barrio de Poblenou", concluye la arquitecta.

1 /8
Marcela Grassi

La llegada de los niños y el teletrabajo puso a la pareja propietaria de este loft en una disyuntiva: mudarse de un barrio y una casa que amaban o reformar. Ana García, directora de NeuronaLab, les convenció de lo segundo. La clave fue colocar justo en el centro de la vivienda una caja multiusos en un precioso tono azul que, además, dividía en cuatro espacios la planta original: dos dormitorios, un baño y la cocina que se ve en la imagen.

Marcela Grassi

El volumen central contiene la escalera que sube al altillo, las columnas de cocina, un armario trastero para abrigos, zapatos y un departamento para la limpieza. Por el lado que da a los dormitorios se accede al almacenaje de ropa y accesorios vinculados al estudio. La organización de todos los utensilios y enseres domésticos pequeños se ha resuelto disponiendo armarios secundarios, adosados a las paredes de su envolvente.

Marcela Grassi

En esta imagen se puede observar el gran espacio de almacenaje que proporciona el volumen central. A ambos lados de este se ven dos puertas blancas: cada una de ellas da acceso a un dormitorio.

Marcela Grassi

"Se exploraron varias vias de combinación de materiales, siempre priorizando sus propiedades de naturalidad, buen envejecimiento e higrocopia. Finalmente se decidió mantener el parquet original, puliéndolo con un barniz natural, y se optó por una tonalidad azul porque fue la escogida en combinación con las preexistencias y con la luz de la obra", asegura la arquitecta.

Marcela Grassi

Además de la cocina y los dos dormitorios, el cuarto espacio de la planta original lo ocupa el cuarto de baño. "Este modelo de loft plantea un uso de espacio doméstico alejado de los esquemas funcionales más tradicionales y a la vez propicia el orden, factor que contribuye a una mejor convivencia familiar en el entorno y favorece la higiene y el descanso", añade García..

Marcela Grassi

Unas escaleras que también albergan almacenaje nos llevan al nuevo altillo. “Se ha estudiado la materialidad de proyecto desde el principio, buscando la naturalidad a través de soluciones transpirables, higroscópicas y poco procesadas, para favorecer así la limpieza del aire interior. Se ha puesto especial interés en el tacto y las sensaciones que genera cada material, para permitir así una percepción háptica y que la decisión final no dependa solamente de la vista", prosigue.

Marcela Grassi

El altillo creado por el nuevo volumen "permite cierto desorden en un plano superior que en el día a día queda fuera de la vista, como los juguetes o la cama infantil. De este modo se facilita el orden y la movilidad en la planta principal de mayor uso común", asegura la arquitecta.

Marcela Grassi

La altura de los techos de hasta cuatro metros ha permitido crear esta superficie de cerca de 20 metros cuadrados en la que se han aprovechado las columnas estructurales para empotrar un escritorio. La silla es el modelo CH24 Wishbone diseñada en los años 50 por Hans J. Wegner para Carl Hansen & Son.