Por su cercanía a Ciudad de México, Valle de Bravo es uno de los destinos más visitados los fines de semana y un apreciado retiro vacacional para los habitantes de la megalópolis. Esto ha despertado el interés de los arquitectos por erigir espacios que ofrecen vistas al lago artificial creado por la presa Miguel Alemán, construida en 1947 para surtir de agua a la capital mexicana, o simplemente proponer una experiencia inmersiva en el bosque. Es el caso de esta casa diseñada por el estudio PPA Pérez Palacios Arquitectos Asociados.

La casa se organiza en tres volúmenes independientes albergados dentro de una gran cubierta inclinada; el espacio entre estos tres volúmenes genera una terraza techada que se convierte en el lugar social durante el día. Cada volumen responde a una función y parte del programa: en un bloque están las habitaciones; en otro, la parte social, y en el tercero, la cocina y los servicios. La comunicación entre estos se hace a través pasillos techados y semiabiertos que a su vez funcionan  como terrazas techadas en cada unas de las partes y como espacios de transición entre el interior y el exterior. 

 

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Dormitorio juvenil con literas de madera
Rafael Gamo

Ahora, los residentes de la casa pueden disfrutar de un refugio moderno y confortable, con presencia de la madera tanto en los espacios sociales como en los íntimos, como en los dormitorios. 

Salon con chimena en la pared de color negro
Rafael Gamo

La casa está trufada de elementos decorativos de carácter artesanal. De esta forma, la familia expresa su vínculo con los artesanos locales de la zona. 

Comedor con sillas de madera y mesa de color negra redonda
Rafael Gamo

El acento cromático lo encontramos en lugares poco comunes como el frente de la cocina o el interior de la lámpara. Se escogió el amarillo como homenaje a la luz mexicana.

Cocina con isla de marmol
Rafael Gamo

"Es una arquitectura abierta a las múltiples relaciones que hay en su entorno", afirma Pérez Palacios. A la hora de diseñar la cocina, se ubicó la zona de trabajo frente a la ventana para que los propietarios de la casa puedan preparar sus platos con luz natural. 

Comedor con mesa redonda y sillas de madera
Rafael Gamo

El interiorismo es de los arquitectos y de Mariana Rivera, de Studio 240. En el comedor, sillas pp505 restauradas, de Hans J. Wegner para PP Møbler

Casa en mitad del bosque con paneles de madera que se abren hacia el exterior
Rafael Gamo

Los marcos de las ventanas están realizados con madera de tzalam tropical con un acabado rojizo. Esta especie dura y densa es especialmente resistente a la intemperie. 

Comedor exterior hacia la piscina
Rafael Gamo

El comedor se abre al paisaje, generando una experiencia inmersiva con el bosque circundante. Se ha cumplido el objetivo de lograr una residencia vacacional que permita aislarse y disfrutar de la naturaleza. 

Casa en mitad del bosque con fachada de madera
Rafael Gamo

Debido a las irregularidades del terreno, el diseño requirió excavar previamente un sótano sólido sobre el cual se levantan tres volúmenes independientes, cada uno con una función distinta. 

Casa en mitad del bosque con piscinas y fachada de madera
Rafael Gamo

La casa se asienta en la parte alta de un terreno, dejando intacta la naturaleza que lo rodea y abriéndose a las vistas de la montaña. Su emplazamiento se beneficia de la ausencia de construcciones vecinas. 

Casa con fachada de color negro y pared de madera tipo celosia
Rafael Gamo

Está formada por tres volúmenes con funciones específicas. Entre ellos, se sitúan una serie de pasadillos porchados que actúan como espacios sociales. 

Piscinas de una casa en mitad del bosque
Rafael Gamo

La intervención respeta al máximo el entorno. Interior y exterior se confunden para que los residentes se sumerjan en el paisaje a todas horas del día. 

Casa en mitad del bosque con fachada de color negro
Rafael Gamo

La fachada está revestida con pintura acrílica Corev Mooth en tono negro mate, lo que permite que la construcción no eclipse el exuberante entorno natural.