Arquitectura latinoamericana moderna: 8 proyectos espectaculares (y actuales) que deberías conocer

Museo de la Imagen y el Sonido (2024) en Río de Janeiro. Diller Scofidio + Renfro

Volcado a la playa de Copacabana, y recientemente inaugurado (tras años en los que su construcción estuvo detenida), el Museo de la Imagen y el Sonido de Río de Janeiro es sencillamente espectacular. El estudio neoyorquino de Diller Scofidio + Renfro ha diseñado un edificio que actúa casi como una prolongación del paseo de la playa de Copacabana, en la que se inspira, estirándose en su interior para dar lugar a salas para talleres, ocio u exposición.

Orquesta Filarmónica (2017) en Boca del Río, México. Rojkind Arquitectos

En Boca del Río, muy cerca de Veracruz, el estudio mexicano Rojkind Arquitectos ha conectado el centro histórico de la ciudad con el mar, casi como planteaba el Centro Botín en Santander, dibujando unos rotundos y espectaculares volúmenes de hormigón que recuerdan a escolleras y que se enmarcan en una plaza que se prolonga hacia el muelle. Dentro, un ambicioso programa incluye una sala de conciertos para casi mil espectadores, estudios de grabación, oficinas, un restaurante y varias cafeterías.

También en México, concretamente en la capital, una breve mención a dos proyectos. En primer lugar, el centro de Cultura Ambiental (2023) diseñado por Rafael Ponce: con una cubierta de piedra en forma de semicircunferencia que abraza una plaza donde se celebrarán diferentes actividades. En segundo lugar, el Centro Nacional de las Artes en el barrio de Coyoacán (1994), de Ricardo Legorreta, que destaca por sus colores llamativos.
 

Museo del Mañana (2015) en Río de Janeiro. Santiago Calatrava

Los Juegos Olímpicos de 2016 tuvieron un impacto directo en Río y su arquitectura, como es evidente. En diciembre de 2015, Calatrava inauguró, acompañado la que entonces era presidenta de Brasil: Dilma Rousseff, el Museo del Mañana. La estética de nave espacial de ciencia ficción del museo da paso dentro a una exposición en la que se pueden ver algunos desafíos a los que los humanos deberemos enfrentarnos próximamente y que tienen que ver con lo social pero también lo climático.

Orquideorama (2006) del Jardín Botánico de Medellín. Plan B Arquitectos y Jprcr Arquitectos

En medio del bosque del jardín botánico de Medellín, esta cubierta de líneas orgánicas, cuyos listones de madera sobre pilares metálicos recuerdan en cierto modo a los pétalos de las flores –y sin duda alguna recuerdan a ‘las setas’ de Sevilla, que en todo caso son posteriores– es un lugar de descanso que destaca por sus cualidades oníricas y definitivamente merece una visita. Plan B Arquitectos y Jprcr Arquitectos han diseñado una estructura fácilmente ampliable (y replicable) en cualquier otro lugar del jardín o en un espacio público que, de alguna forma, sustituye la naturaleza donde no la hay. También en Medellín, el Colegio Santo Domingo Savio (2008), cuya cubierta es al tiempo un espacio público, merece la pena una visita por ser una arquitectura pensada para mejorar la vida de la gente del barrio en el que está.

Torres Siamesas (2005) en Santiago de Chile. Alejandro Aravena

El chileno Alejandro Aravena, Premio Pritzker en 2016 y último latinoamericano en ganarlo, merece estar en esta lista. Hemos elegido sus Torres Siamesas en Santiago: dos rotundos volúmenes que parecen salidos del lápiz de un niño. Dentro, estudios de grabación, oficinas, biblioteca, restaurante y una gran sala de conciertos con capacidad para un millar de espectadores. De Aravena, y su estudio Elemental, no podemos obviar tampoco las viviendas incrementales en Quinta Monroy (2004), también en Santiago, unas casas que los propios dueños se encargan de rematar por sí mismos y que permite una construcción más asequible.

Museo de Arte Contemporáneo (1996) en Niterói. Oscar Niemeyer

Frente al Cristo Redentor, sobre un acantilado en la bahía de Guanabara, Niemeyer diseñó un museo innovador, orgánico y delicado al tiempo del que es imposible cansarse de mirarlo. Del afamado arquitecto brasileño también merecen visitarse otras muchas obras, como el Sambódromo de Río, el Congreso Nacional o el Museo de Arte de Curitiba, pero nosotros nos quedamos en esta ocasión con la singular Catedral de Brasilia (1970), cuyos 16 pilares de hormigón se alzan hacia el cielo.

Sede de la CEPAL (1966) en Santiago de Chile. Emilio Duhart

También en Santiago, la sede de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), de Emilio Duhart en colaboración con otros tres arquitectos chilenos, pasa por ser uno de los proyectos modernos más importantes de arquitectura latinoamericana moderna. Contundente, pero orgánico al tiempo, el edificio de hormigón bebe de la obra de Le Corbusier y cuenta con elementos que hacen referencia a la historia y el arte de América Latina y el Caribe.