Reza el refranero español, tan ducho en regalarnos consejos tan válidos como atemporales, que “ande yo caliente, ríase la gente”. Y es que frente a modas y tendencias, antes debiera prevalecer la calidad del abrigo que su diseño. Sobre todo cuando el frío arrecia y lejos quedan los soles de agosto y primavera. Un consejo que, al igual que en la moda, en esto del diseño arquitectónico y el interiorismo a menudo no se tiene suficientemente en cuenta —por suerte cada vez menos—, dando como resultado interiores fríos y viviendas gélidas donde los ruidos se expanden sin barreras. Pequeñas siberias que una vez construidas suelen necesitar de obras tan necesarias, como costosas, para lograr revertir esas situaciones imprevistas de perdida de confort. Pero ya sea porque no puedas plantearte realizar dichas obras o porque la situación no llegue a tan altos grados de gravedad, existen también una serie de trucos que puedes utilizar. Entre ellos, estas 7 maneras que te presentamos con las que aumentar el aislamiento de tu casa sin apenas obras, y que te ayudarán a disminuir la transmisión de sonidos y las perdidas de calor, con su consecuente ahorro energético.

Las estanterías y librerías ayudan a reducir la transmisión de ruidos.

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Más librerías, cuadros y espejos.

Además de ventanas abiertas a aventuras inimaginables y de suponer una interminable fuente de inspiración, los libros también pueden ayudarte a aislar tu casa. Su disposición en torno a librerías es ideal si buscas una opción rápida y sin mayores complicaciones para mitigar pequeños saltos térmicos y disipar los sonidos provenientes de una habitación cercana. También el recurrir a colgar cuadros y espejos no solamente será un perfecto recurso decorativo, sino que te ayudarán a absorber vibraciones y a dispersar molestas ondas sonoras.


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Instalación de trasdosados.

De acuerdo que pueden suponer una solución mucho más trabajosa, y que requieren ser instalados por un profesional, pero son sin duda la opción estrella si lo que buscas es mejorar la protección térmica y acústica de una habitación. En ocasiones el diseño de una construcción puede no haber previsto las medidas ni espesores idóneos para garantizar un adecuado confort térmico y acústico, y la instalación de un trasdosado puede ayudar a ajustar esas medidas. De placas de yeso laminado, su instalación no solamente es rápida y relativamente sencilla, sino que dependiendo de las dimensiones podremos aprovechar para incluir más o menos centímetros de un aislante térmico —principalmente lana de roca— que ayudará a aislar completamente la habitación en cuestión. El mayor de sus inconveniente es que perderemos varios centímetros de espacio habitable.

Mural tapizado y de madera vista con huecos de almacenamiento.

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Murales de madera y tapizados.

Como alternativa a los trasdosados, una solución tan ingeniosa como decorativa es apostar por la instalación de murales tapizados o de madera vista. Su instalación se realiza sobre una subestructura previamente atornillada a la pared de rastreles metálicos o de madera, y su resultado suele ser tan increíble como original. Un elemento distintivo, cuya presencia siempre es sinónimo de un interiorismo de la más alta calidad. Gracias a ellos no solamente construiremos un espacio más acogedor y cálido, sino que al ser de un material tan aislante térmica y acústicamente como la madera —los paneles tapizados utilizan como base maderas y aglomerados— las pérdidas de calor y los ruidos disminuirán significativamente. De una gran versatilidad, dependiendo del diseño del mural este podrá acercarte hasta un aspecto más propio de un armario o una estantería.

Las alfombras y los suelos enmoquetados moderan las perdidas de calor y mitigan la propagación del sonido.

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Recurre a las alfombras.

A pesar de que habitualmente centramos nuestra mirada en las paredes como punto de perdida de temperatura y de entrada de ruidos, tanto suelos como techos son superficies por las que también se disipa el calor y se transmiten los sonidos. Una de las soluciones más habituales y eficientes a utilizar en el suelo es la de enmoquetar o disponer de alfombras. Además de actuar como auténticas barreras frente a los saltos térmicos y las fuentes emisoras de ruidos, con ellas daremos una mayor calidez visual a nuestra estancia y contribuiremos a su decoración.


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Puertas y ventanas: revisar juntas e instalar burletes.

Abiertas o cerradas, las puertas y ventanas son los principales puntos de pérdida de temperatura y de entrada de sonidos molestos, y por eso zonas en las que debemos poner especial atención. Para ello será indispensable que contemos con un buen diseño que evite la aparición de saltos térmicos, y que comprobemos que las juntas y los mecanismos de cierre se encuentran en buen estado y funcionan correctamente. La instalación de burletes, tanto en marcos de ventanas como en puertas, ayudará a garantizar que actúen como esa barrera aislante y a impedir la entrada de aire.

Contar con ventanas sin saltos térmicos y con cristales aislantes será indispensable para garantizar el correcto confort de nuestras habitaciones.

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Instala cristales aislantes.

Si el marco y el buen estado de las hojas, así como su materialidad, contribuyen a aportar mayor confort y aislamiento a nuestra casa, apostar por los cristales adecuados deberá ser otra de nuestras prioridades. De nada sirve contar con la mejor carpintería si nuestros cristales no cuentan con ninguna propiedad aislante, y viceversa. Ambas son partes de un mismo todo, y deberán actuar al mismo nivel para frenar las pérdidas de calor y amortiguar la entrada de sonidos molestos.


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Presta atención al cajón de las persianas.

Suelen pasarse por alto, ¿pero de qué sirve contar con la mejor y más aislante de las ventanas, si no revisamos el cajón de la persiana? Pues de poco. Son numerosísimos los casos en los que se pone especial mimo en la elección de hasta el último detalle del acristalamiento, sin percatarse del mal estado o nula capacidad aislante de una caja de persianas por la que se escapará el calor y penetrarán frío, aire y ruidos, destruyendo cualquier sensación de confort. Si observas que el cajón de tu persiana es un problema y que no cuenta con ninguna clase de protección, deberías recurrir a recubrir su interior con alguna maya o panel aislante adaptado para tal uso. Un gesto fácil y sin mayores complicaciones, pero con máximos resultados.