Ya sea en el dormitorio, en el pasillo, en el salón, en el recibidor o en la habitación de los niños, la principal ventaja de un armario empotrado es que se puede realizar a medida de tus necesidades, según el espacio que tengas. Y ese concepto de "a medida" afecta tanto al exterior como al interior. Puede que necesites un armario para delimitar ambientes, uno que también sea cabecero, uno con cajones abajo y puertas arriba... Todos tus deseos se pueden ver cumplidos.

Y, si bien es verdad que un armario empotrado puede tener un precio algo superior a uno exento, hay algunos de medidas más o menos estándar que, si se adaptan al hueco de la habitación, pueden llegar a resultar más económicos. Los siguientes cinco pasos te ayudarán a tener una idea más precisa sobre las decisiones que tienes que tomar para acertar con tu armario empotrado.

1. Armarios empotrados: orden y limpieza

Los armarios empotrados son el sueño de cualquiera: son amplios, cómodos y, en general, más funcionales que los otros armarios. Son perfectos para aprovechar el espacio y, además, aumentan la sensación de orden en tu casa. Como despejan el ambiente, hacen que la habitación parezca más grande. Y, además, son más limpios: al no haber casi espacio entre el armario y la pared, no acumulan la misma cantidad de polvo que los armarios convencionales.

2. Un armario empotrado clásico que soporte todos los cambios de decoración

Los armarios empotrados son elementos que se renuevan cada muchos años, por lo que debemos convivir con ellos bastante tiempo. A lo largo de esos años, el salón, el dormitorio o el lugar donde esté el armario, cambia varias veces de aspecto: cambian los textiles, la pintura, los muebles… Por eso conviene apostar por un modelo clásico que se adapte a todos esos cambios. Si eliges uno en un color neutro como el blanco, es menos probable que te canses de él al cabo de un tiempo. Aunque también puedes optar por la madera en su color original, un material 100% combinable.

Un modelo clásico te asegura que, por muchos cambios de decoración que hagas en la habitación, el armario seguirá siendo un elemento que funcione.

3. Madera: un material que no pasa de moda

La madera es un material que genera bienestar y es fácil de combinar con otros materiales como el mármol, el vidrio o el metal. Si tienes una estancia grande puedes optar por una madera un poco más oscura. Pero si es pequeña, te recomendamos que te decantes por una madera clara para que aclare y dé una luz especial a la habitación. La madera de teca (oscura) está considerada la reina de las maderas por su capacidad para no estropearse en contacto con metales. Además, su apariencia mejora con los años. La madera de nogal (oscura) también es muy apreciada y, de hecho, está considerada una de las mejores. Por su parte, la madera de roble (clara) es una de las más versátiles que puedes encontrar.

4. Diseña a medida el interior de tu armario empotrado

Tener el interior de un armario diseñado según tus necesidades te facilita mucho la vida. Empieza pensando qué cosas vas a guardar; no es lo mismo un armario ropero que uno para guardar la ropa de la casa, ni uno para un adulto que uno para un niño. Después, hay que ver de cuánto espacio dispones. Cada frente de armario se organiza en secciones verticales que son los llamados módulos, y es importante que estos no superen el metro de ancho, ya que, de otra forma, las baldas y estantes se podrían curvar. Y ten en cuenta todos los elementos que te pueden ayudar a mantener el orden: cajoneras, barras de colgar, estantes y baldas.

5. Elige (bien) las puertas de un armario empotrado

También tienes que tomar una decisión con respecto a las puertas. Las puertas se acostumbran a clasificar según el sistema de apertura que llevan. Lo más habitual es escoger unas puertas correderas y hacer tantas divisiones verticales como puertas tenga el frente. Es el sistema más popular, ya que es muy cómodo de usar sobre todo cuando el espacio es reducido. A la hora de elegir este tipo de puertas, conviene optar por mecanismos de calidad, que duren más y funcionen mejor. Las puertas abatibles funcionan con un mecanismo más sencillo, pero puedan darte también muy buenos resultados. Mientras que las puertas plegables son una solución intermedia.