El maximalismo suele ser un acierto a la hora de elegir estilos para llevar a cabo un cambio de look de nuestra vivienda. Sin embargo, no es lo mismo este estilo que pecar creyendo que sumándole a todo un poco más, vamos a acertar. Hay situaciones, viviendas, espacios, que nos piden siempre un extra y que nos permiten arriesgar a la hora de crear.

Pero, importante, esto no se da en todos los casos. De hecho, hay ocasiones como las que vamos a ver a continuación en las que caer en el “más es más” para lograr nuestra vivienda soñada, puede hacer que entremos en la peor de nuestras pesadillas. 

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Dormitorio con cabecero de madera y mesitas y estantería integradas.
María Pujol

Piensa en el dormitorio antes de elegir la cama

No hay quien se resista a una gran cama, pero eso no quiere decir que haya que imponer siempre el tamaño frente a las necesidades del dormitorio. Si bien es cierto que es la gran protagonista del dormitorio por excelencia, yendo únicamente a grandes tamaños podemos caer en la pérdida de practicidad del espacio. No olvidemos que es una habitación para descansar y que, por tanto, todo su diseño y organización debe estar de tal modo que nos facilite el día a día. Un truco: deja entre 50 y 60 centímetros a cada lado de las paredes, te ayudará a hacer más cómodas acciones tan sencillas como hacer la cama todas las mañanas.

Despacho casa de Los Javis
@javviercalvo

Mucha luz, sí, pero cuidado con las lámparas XXL

Lo vimos en la casa de Los Javis: una gran lámpara no siempre es un gran acierto. En salones donde buscamos una linealidad y donde todos los elementos están coordinados estéticamente entre sí, irrumpir con un elemento que destaque – y no en el buen sentido – frente al resto nos puede llevar al error. Este tipo de piezas, que en espacios minimalistas pueden ser la clave para hacer de tu salón un espacio de diseño, deben introducirse con cuidado en los espacios para así evitar desentonar.

Dormitorio con papel pintado de motivos vegetales.
Gancedo

¡Mucho cuidado con mezclar estampados!

Nos declaramos fans de que haya vuelto el papel pintado para colarse en todos los espacios. Dan vida y personalidad a los espacios, elegancia y un toque atemporal. O eso debería. Sus colores y formas ya van a ser protagonistas de por sí, por eso es importante elegir un papel que adhiera a la estancia, sin romper con la estética. Jugar con los estampados a veces puede ser complicado. Por eso, a la hora de mezclar estampados, intenta que tengan un elemento común: bien sea el color, las formas o las texturas. Así evitarás la sensación de estar en un “mercado de telas” al entrar en la estancia.

Baño con bañera de cristal.
Mariela Apollonio

La bañera no tiene por qué ser la gran protagonista

Si imaginamos el baño de nuestros sueños, seguramente tenga en el centro una gran bañera exenta. Pero cuidado, al igual que nos pasa en el dormitorio, anteponer una pieza a practicidad puede hacer que se convierta en una auténtica pesadilla. Garantizando un espacio suficiente en el que la bañera encaje sin entorpecer la vida del baño, debemos elegir una pieza que esté en consonancia con el resto del diseño. Especialmente porque la espectacularidad de esta pieza siempre hace que todas las miradas recaigan sobre ellas. Opta por estilos y diseños que se adapten al resto de la grifería y a materiales que vayan acorde con las encimeras del mueble del baño.

Estantería de suelo a techo que funciona como separador de ambientes
Porada

Evita que las estanterías sean un expositor

No hay que tener miedo a los espacios vacíos y menos en las estanterías. Llenar los huecos con elementos decorativos que no tengan sentido entre sí puede alejarnos de la sensación de orden para dar paso a un caos visual. El llamado “ejemplo del mercadillo”, donde todo está cargado sin ningún sentido. Para evitarlo, juega con los colores y con los tamaños y evita las combinaciones de estilo que pierdan coherencia entre sí. En estos espacios, un gran ejemplo que siempre supone un gran acierto es combinar libros con piezas escultóricas. Y recuerda: a más piezas, no siempre es más elegante.  

Salón con sofá blanco y una butaca marrón y otra negra.
Fredrick J Karlsson

Mucho ojo al combinar estilos en el mobiliario

Acostumbrados a ver en salones de diseño diferentes estilos, tendemos a caer en el tópico de que más es más y de que cuantos más muebles de diferentes estilos tengamos, más “vintage” será nuestro espacio… ¡Error! Somos fans de las mezclas clásicas y contemporáneas, pero asegúrate de buscar un hilo conductor entre todos los elementos. El color, por ejemplo, nos ayuda a crear una historia entre las piezas. Otro recurso son los fondos blancos. En salones con paredes y sofá blanco, resulta más sencillo introducir grandes piezas que destaquen frente al resto.

Salón con decoración maximalista.
@Lorenzo Castillo

No te compliques con los estilos

En este último año hemos visto imponerse grandes estilos como el Art Decó, el maximalismo o uno de los grandes favoritos: el estilo vintage. Todos ellos basados en la opulencia, la mezcla y las combinaciones fantasiosas para conseguir espacios recargados, pero donde todos los elementos guardan cierta consonancia y nada se impone frente al resto. Sí, todos lo queremos, pero, aunque parezcan sencillos de recrear, requieren de un gran estudio previo de los materiales, las texturas y, sobre todo, los colores, para crear combinaciones con sentido. Son estilos que llevan al límite la saturación de un espacio, sin perder la elegancia, y para los debutantes, sobrepasar ese límite es más sencillo de lo que parece.

Cocina blanca y grande con isla de piedra blanca y rosa.
Akin Atelier

La isla de la cocina debe conectar, no romper con la linealidad

La ya popular cocina americana se ha ganado un puesto indiscutible en la lista de deseos de cualquier persona. Ayudan a abrir espacios y a crear una fluidez única entre los espacios principales de la casa: la cocina y el salón. Y como no, tiene la isla como pieza estrella del conjunto. Nunca es mala opción recurrir a una isla. Pero sí lo puede llegar a ser cuando el tamaño de esta es excesivamente superior al de las necesidades de la estancia. Aunque pase a formar parte de un gran conjunto, la isla no deja de ser una parte funcional de la cocina y que, por tanto, debe acompañar su espacio y la vida que en esta se desarrolle. Conclusión: sí a las islas, no a los bultos sin sentido. En caso de que quieras que destaque, utiliza materiales diferentes al resto de la cocina para darle un aspecto único

 

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