"A la hora de comprar una casa, es importante la primera impresión. Es cuestión de segundos saber si te ves viviendo allí. Por eso es primordial que el inmueble nos envuelva desde el primer momento". Y el color de sus paredes puede ser fundamental. Marta Jaldo es Agente Collection en RE/MAX Urbe Chamberí y sabe de qué habla. Así que hemos querido saber qué opina ella, el Equipo de Asesoría de Interiores de RE/MAX Grupo Urbe y otros expertos sobre el mundo de los colores a la hora de comprar una casa.

Y es que si estás intentando vender tu casa, es posible que debas considerar hacer algo con esas paredes para atraer compradores, muchos de los cuales aparentemente están más dispuestos a derribarlas que a pintarlas.

Blancos o grises, cálidos y olvidables

"La mayoría de las personas se sienten cómodas entre colores arena y blancos. Aportan calidez y luz. Jugar con la gama de los grises, también puede ser apuesta segura hacia la elegancia, aunque hay que tener en cuenta la luz (puede oscurecer la sala) y que se trata de tonos un poco más masculinos que no son tan fáciles de combinar con otra gama cromática", asegura Jaldo.

Los colores deben ser cálidos y a ser posible que no llamen la atención.

Para Krista Forsberg, de Keller Williams Realty Integrity Edina, "los colores brillantes y audaces pueden ser los favoritos de un vendedor, pero también pueden ser polarizantes y anticuados en la mente de los compradores". Porque una paleta neutral para las paredes es clave para hacerlas olvidables. Se trata de que el color sea limpio y agradable, pero que los compradores lo olviden. Entonces verán toda la propiedad y no se preocuparán por un comedor rojo o un baño morado.

Para los grises hay que prestar especial atención a dónde sale y se pone el sol en la casa. Las habitaciones orientadas al sur deben usar un gris más frío con un matiz azulado, y las habitaciones orientadas al norte conviene tener un tono más cálido con matices rosados. Es importante mantener los techos, las puertas y las molduras en blanco.

Empolvados, en azul y a medias

En las habitaciones infantiles y juveniles se puede optar por tonos empolvados. Para Marta Jaldo, este tipo de pintura queda más ligera y puede acompañar durante más tiempo, hasta la adolescencia. En las habitaciones y salón se puede pintar solo un plano en un color más atrevido aunque se debe seguir siempre una tonalidad que unifique toda la propiedad.

Los tonos empolvados también funcionan bien.


Respecto a cocinas y baños, ahora la tendencia es a pintar sólo a medias, jugando con azulejos y contamos con infinidad de nuevos materiales. Después de todo, a algunos compradores de viviendas les puede gustar un baño morado. Un informe de análisis de color de Zillow de hace unos años encontró que los baños pintados en tonos de azul o púrpura podrían agregar un promedio de 5 mil euros al precio de venta. Una actualización más reciente de esa misma encuesta muestra que el azul claro ahora es un éxito entre los compradores y podría agregar valor en la reventa.

Un consejo final

El Equipo de Asesoría de Interiores de RE/MAX Grupo Urbe nos da un último consejo final. "No hay que confundir pintar una vivienda para uno mismo o para un cliente, con pintarla para su comercialización. Cuando se pinta para una persona en concreto, se atiende a sus gustos y preferencias, pero cuando se trata de venderla o alquilarla, hay que llegar al mayor número posible de personas. Si se percibe como muy personal, par de los potenciales clientes pueden no percibirla de su agrado. Así que lo mejor es huir de colores oscuros, que además transmiten espacios más pequeños de lo que en realidad son, igual que sucede con los tonos vivos o vibrantes. Tampoco es recomendable utilizar muchos colores a modo de muestrario, o `clasificar´ por género las habitaciones de los hijos con azules o rosas, porque condiciona demasiado a los posibles interesados restando posibilidades si lo ven como cuarto de los niños si no tienen. Lo más adecuado es pintar toda la casa del mismo color y que sea discreto, como un arena o algún gris en tonalidades claras. De toda la paleta cromática el mejor es el blanco, un blanco roto, el 9003 de la carta RAL por ejemplo. Proporciona luminosidad, sensación de amplitud y limpieza, dejando espacio a la creatividad y al gusto de los clientes, de forma que puedan imaginarse ellos mismos el tono que les apetezca para hacer esa casa suya".