Una mesa y una casa son dos elementos presentes en nuestro día a día, además de los protagonistas de los proyectos ganadores de Concéntrico, el Festival Internacional de Arquitectura y Diseño de Logroño celebrará su octava edición entre los días 1 al 6 de septiembre con una apuesta renovada que busca potenciar actuaciones dentro de la práctica arquitectónica que agregue valor a lo existente y lo potencie. El certamen, que tiene a la arquitectura como una herramienta con la que transformar el espacio urbano, ha celebrado tres concursos, a los que se han presentado 446 proyectos firmados por profesionales de 57 países, y de los que ya hay ganadores. Se trata de tres propuestas en clave doméstica para dialogar con lo urbano, para reflexionar sobre la ciudad deseada a partir del juego entre lo privado y lo público.
Un año más las instalaciones se materializarán en madera (de la firma Garnica) y serán tan efímeras como el propio festival. La prevista en la plaza Escuelas Trevijano como pabellón-sede tiene por título Una mesa y la firma el estudio uruguayo AAA, constituido por Alejandro Lobo, Elías Martínez Ojeda y Federico Rodríguez. Se trata de una sencilla pero rotunda pieza circular de madera que abraza el árbol central de la plaza e invita a una relectura del entorno.
También una mesa es el elemento protagonista del proyecto que se ubicará en la calle Obispo Bustamante. Está firmado por los diseñadores españoles Ander López Alberdi y Sarai Olabarrieta. Se llama A la mesa! y busca recoger todo tipo de pintorescas situaciones y ser punto de encuentro de las comunidades de la ciudad. Serpenteante y sugerente, esta estructura continua de color lavanda invita a charlar y a convivir, a atraer al viandante. Y remite a la forma de un líquido que fluye.
La tercera propuesta se levantará entre viñedos, en Viña Lanciano y Quinta do Seixa. Sus autores son Miguel Iván Hernández Cobos, Katarzyna Dominiak y Eduardo Romero García, integrantes del Collective X(México/Polonia). El arquetipo de la casa, su propuesta, es una casa ligera, construida con elementos de Efficiency Poplar a dos aguas con múltiples miradas, tanto sobre el territorio que ocupa como desde su interior. Se trata de un espacio que busca recrear una atmósfera reflexiva y contemplativa sobre el contacto del hombre y la naturaleza.