Ideado como complemento de grandes salas de estar o espacios comunes, cuenta con una estructura arquitectónica de acero cepillado o barnizado en color níquel marrón que capta la atención por su simplicidad, en contraste con el refinamiento de los acabados de cuero con bordes vivos, cuero o tela. Tanto el asiento como el respaldo y la superficie de la otomana tienen interior de poliuretano flexible y revestimiento acolchado. Una pieza camaleónica y ligera adecuada a cualquier contexto, desde los interiores clásicos a los más vanguardistas.

Para entenderlo, hay que transitar por la trayectoria de Massaud. Nació en Toulouse, en 1966, y se graduó en 1990 en Les Ateliers, Ecole Nationale Supérieure de Création Industrielle, de París. Comenzó a trabajar tanto en Asia como en Francia, abriendo finalmente su estudio en París en 1994. Desde entonces, se ha dedicado al diseño industrial y de mobiliario. Massaud destaca, sobretodo, por su enfoque contextual, centrado en lo esencial. Es allí, donde lo individual pasa a ser el centro de atención. De hecho, su trabajo que se apoya en el estudio de las sensaciones, la magia y las emociones vitales.

La sencillez bien comprendida.

Por todo ello, sus obras han recibido diversos premios y muchos de sus diseños se exponen en colecciones de diseño de los principales museos del mundo: de Ámsterdam y Chicago a París, Londres y Zúrich: de la colección permanente del Musée National d'Art Moderne, de París, a las colecciones del Museum für Gestaltung, de Zúrich; del Chicago Athenaeum - Museum of Architecture and Design al Stedelijk Museum, de Ámsterdam o al Musée des arts Décoratifs, de París.

Los acabados hacen que sea una obra maestra.

Por su parte, Poliform, fue fundada en 1970. Hoy, es una de las empresas más importantes del mundo del mobiliario internacional por la calidad del diseño, la excelencia de los proyectos y la innovación.

No es de extrañar pues que, su última creación, el sillón Kay Lounge para Poliform, se establezca como una pieza de arte indispensable, un objeto de culto atemporal.

Esos elementos de interiorismo que marcan la diferencia.