Cristina Babiloni debuta en la Sala Parés de Barcelona

Nacida en Castellón de la Plana en 1981, de padre español y madre francesa, Cristina Babiloni estudió Derecho y Psicología, aunque eso no ha frenado en absoluto su verdadera pasión: el arte. Muestra de ello podrá comprobarse desde este 9 de mayo al 10 de junio en Horizontes, su primera exposición en la Sala Parés de Barcelona (c/Petritxol, 5). La exhibición está compuesta por un total de 37 obras de técnica mixta sobre tela y acuarelas de diversos tamaños. Todas ellas, sin excepción, presentan al mar, la naturaleza y el horizonte como elemento común y, del mismo modo, transmiten una sensación de armonía y tranquilidad en todo aquel que las observa.

Babiloni se inició con la acuarela, que según ella misma la ayudó a “comprender mucho mejor la luz y plasmar las imágenes y formas que pienso sobre el papel”. No fue hasta hasta más tarde que empezó a experimentar con la técnica mixta y “así es como he creado mi propio estilo, marcado por las cargas, los volúmenes y la gran variedad cromática”, cuenta la artista sobre esta simbiosis de técnicas que aplica en un mismo lienzo.

¿Qué mejor que ella para que se dé a conocer? "Crecí en el seno de una familia en el que la cultura francesa estuvo muy presente en la infancia. Mi pasión por el dibujo y la pintura comienza desde que tengo uso de razón, era mi forma de expresar mis emociones y disfrutar de mi mundo interior. A medida que crecía el dibujo fue una constante en mi vida y se convirtió en el medio en el que yo más segura me sentía. Mi referente por excelencia es William Turner, el pintor de la luz. Me apasiona el espacio atmosférico y los efectos luminosos que evocan sus paisajes cuando representa el mar. El objetivo es la fusión de la pintura y la cromoterapia, ya que esta influye en las personas para restablecer el equilibrio emocional entre otros. En estos tres últimos años mi pintura ha evolucionado y he ido creando mi propio estilo, marcado por las cargas, los volúmenes y los tonos azul verdosos", confiesa.

Una vez la exhibición termine en la galería barcelonesa, asimismo, podrá verse entre julio y agosto en ArtMarbella, y en el mes de octubre en GrandArt Milano.