En una disciplina como es la Arquitectura, en la que existen tantos y tan variados reconocimientos, el Premio Aga Khan de Arquitectura sigue siendo uno de los honores más importantes e influyentes del mundo. Creados en 1977 por su Alteza el Aga Khan, los premios, que se otorgan cada tres años, arrojan luz sobre partes del mundo que a menudo pasan por alto los críticos y profesionales occidentales.

Estos galardones se centran en proyectos que tienen un impacto en las comunidades con poblaciones e historias musulmanas, a menudo en áreas desatendidas. Los proyectos concursantes a este premio pueden ser nuevos edificios o proyectos de reutilización adaptativa, paisaje y diseño urbano. Cada proyecto presentado es sometido a un completo examen, que no solo se basa en fotografías y texto proporcionado por el arquitecto, sino que son visitados por expertos técnicos que presentan informes detallados al jurado.

El jurado de este ciclo ha sido encabezado por Kwame Anthony Appiah, el teórico cultural, filósofo y novelista que enseña en la Universidad de Nueva York, acompañado de los arquitectos y urbanistas Meisa Batayneh, David Chipperfield, Elizabeth Diller, Mona Fawaz, Kareem Ibrahim, Ali M. Malkawi y Nondita Correa Mehrotra, así como el historiador Edhem Eldem.

Los premios reconocen tanto a arquitectos como a clientes y los ganadores de este año, que compartirán un suculento premio de un millón de dólares, serán honrados en una ceremonia oficial en Kazan, Tatarastan, este mes de septiembre.