La luz, que atiende a la definición de esa forma de energía que ilumina las cosas, las hace visibles y nos permite ver lo que nos rodea, es desde mediados de los años 60 el eje central del trabajo del arquitecto James Turrell. Aprovechando que se acaba de clausurar su última exposición en el Frieder BurdaJames Turrell: The Substance of Light, y que casi a la vez, inauguraba su última instalación en las montañas austríacas, un skyspace, hemos hecho una aproximación para entender mejor su obra.

Su obra solo puede entenderse a través de su particular visión reflexiva que él mismo define como “verse a sí mismo viendo”, en la que uno se da cuenta de la función que cumplen los sentidos y de la materialidad de la luz. Cada una de sus instalaciones supone una experiencia de pensamiento sin palabras. El objetivo de su propuesta artística es provocarnos una sensación de presencia que se produce en el espacio, donde podemos llegar a sentir casi una entidad, un sentimiento físico que percibimos sensorialmente. Tal y como nos sucede en los skyspaces, sus obras más numerosas, cámaras-observatorios que han sido concebidas para observar el cielo, especialmente al amanecer o al anochecer, cuando la tonalidad de las luces cambia nuestra visión del cielo, construyendo nuestra propia experiencia a través de la percepción.

Último 'Skyspace', en Lech am Arlberg (Austria), abierto hasta el 19 de abril de 2019.

RodenCrater es su trabajo más longevo y más ambicioso hasta la fecha. Está ubicado en un volcán inactivo en el desierto de Arizona. Todavía sin finalizar, está cerrado al público general y hay que pedir permiso para poder entrar. Iniciado en 1979, este observatorio pensado para contemplar cielos nocturnos o fenómenos solares ha sido construido sin intervenir el espacio y será el gran legado que Turrell le deje al mundo.

Cámara sol/luna en Roden Crater.

El Efecto Ganzfeld –la pérdida completa de la percepción de la realidad–descubierto por un psicólogo alemán en la década de los 30, fue el eje central de Apani, realizada para la Bienal de Venecia en 2011, en la que los visitantes entraban en el espacio y percibían una proyección plana, una pared de color que en realidad era una habitación llena de luz. Se tenía la sensación de estar envueltos en un mar de color que iba cambiando de tonalidad y que creaba una sensación de movimiento,; algo parecido a nadar en la luz.

'Apani', de James Turrell.

 

 

Florian Holzherr © Museum Frieder Burda

Ese mismo año, en 2011 también, presentaba Light Reignfall, una instalación de esferas redondas en las que solo se puede entrar de uno en uno y que bloquea por completo al espectador negándole el contacto con el mundo exterior. Una vez dentro está en manos del público decidir si prefiere una experiencia más extrema con luces intermitentes o una más suave y lenta donde los colores se mueven lentamente. En esta nave espacial, acostados en una cama, comienza un espectáculo de luz que nos hace perder toda sensación de profundidad, cuestionándonos si los ojos están abiertos o cerrados porque la la luz parece penetrar a través de los párpados.

'Light Reignfall' de James Turrell.

Breathing Light, la cual tiene como objetivo alterar el sentido de percepción de tal manera que el espectador crea que se encuentra en este estado de gravedad cero, sin suelo ni techo. Solamente coexistiendo consigo mismo y el ambiente. Eso mismo sirvió de inspiración al rapero Drake para los escenarios del videoclip que hizo para su tema Hotline Bling.

'Breathing Light' sirvió de inspiración para uno de los videoclips más famosos del rapero Drake.

"Para mí, la luz es nutrición, casi como comida. y me preocupa la luz dentro de la gente. Cuando cierras los ojos o sueñas, ves una luz diferente que con los ojos abiertos. Usualmente usamos la luz para iluminar las cosas que nos rodean. Pero estoy interesado en una luz muy personal, la interior".