Durante mucho tiempo, el lujo inmobiliario europeo tuvo nombre nórdico: Londres, Múnich, Zúrich o Frankfurt. Pero los tiempos están cambiando y lo hacen deprisa. Según el informe The Wealth Report 2025, elaborado por la consultora Knight Frank, el capital privado —ese que decide qué propiedades se compran, qué barrios se ponen de moda y hacia dónde giran los focos internacionales— está mirando cada vez más al sur. Y, entre todas las ciudades del sur, Madrid brilla con especial intensidad.
Este informe, que se publica desde hace 19 años y se ha convertido en referencia mundial para entender los movimientos de la riqueza global, ofrece una radiografía precisa de lo que está ocurriendo: los grandes patrimonios quieren invertir en viviendas prime, buscan seguridad y calidad de vida, y cada vez lo hacen en ciudades con clima amable, estilo relajado y buen margen de rentabilidad. La capital española, que concentra ya el 43 % de los grandes patrimonios (con más de 30 millones de dólares) del país, ha logrado posicionarse como uno de esos destinos prioritarios.
¿Por qué Madrid?
La ciudad reúne una combinación de factores que la hacen especialmente atractiva para quienes manejan fortunas importantes. Por un lado, cuenta con una excelente calidad de vida, seguridad jurídica y una oferta cultural y sanitaria que compite con las grandes capitales. Por otro, sigue siendo más asequible que otras ciudades europeas de primer nivel: con siete millones de dólares puedes comprar un piso de tres dormitorios en el exclusivo barrio de los Jerónimos, una cifra impensable en Londres o París.
Además, el euro se ha fortalecido y la renta variable europea ha superado recientemente al índice estadounidense S&P 500 por primera vez en décadas. Es decir, Europa vuelve a ser un lugar donde invertir tiene sentido. Y en ese contexto de optimismo económico, Madrid tiene todas las papeletas para liderar la atracción de nuevos capitales.
A esto se suma un detalle nada menor: el perfil del comprador está cambiando. El tradicional inversor extranjero de alto poder adquisitivo ya no es el único en escena. Según el informe, el 55 % de los compradores en el segmento prime madrileño siguen siendo españoles, pero cada vez hay más presencia de mexicanos, estadounidenses, británicos y franceses, con un nivel de exigencia muy alto. Llegan buscando ubicación, historia, acabados, servicios y, por supuesto, rentabilidad a medio y largo plazo.
La vivienda prime como valor refugio
Una de las claves del informe es la consolidación del mercado inmobiliario de lujo como la inversión preferida de los grandes patrimonios. No hablamos solo de casas para vivir, sino de activos pensados para preservar y hacer crecer el capital. Los llamados family offices (estructuras que gestionan el patrimonio de familias millonarias) ya manejan de media 4,8 propiedades por familia en Europa. El 44 % de ellos planea ampliar su cartera en los próximos 18 meses. Y no solo buscan residencias: también apuestan por sectores como el logístico o el hotelero.
Este giro hacia el inmobiliario se entiende mejor si se observa lo que está pasando con otros activos tradicionalmente ligados al lujo. El informe señala que, durante 2024, el valor de artículos de colección como el arte, el vino o el whisky ha caído en picado. El arte, por ejemplo, bajó un 18,3 %. En un contexto de incertidumbre, las viviendas de alto nivel siguen siendo uno de los pocos activos tangibles que ofrecen estabilidad, uso familiar y posibilidad de revalorización.
Una nueva generación toma el relevo
Otro de los grandes titulares del Wealth Report es que las fortunas ya no tienen solo cara de baby boomers. Los grandes patrimonios jóvenes, de entre 18 y 35 años, empiezan a influir de forma decisiva en el mercado. Y lo hacen con valores distintos: priorizan el estilo de vida, buscan ciudades donde puedan teletrabajar, vivir bien y moverse con facilidad. Invierten con criterio, pero no tienen miedo a cambiar de país o de tipo de activo.
Esta nueva generación, que muchas veces ha heredado parte de su fortuna y ha multiplicado otra parte por su cuenta, sigue invirtiendo en propiedades, pero con una lógica más dinámica. A menudo alquilan en lugar de comprar, prefieren la flexibilidad y valoran las experiencias por encima de la acumulación de bienes materiales. Para ellos, una casa en Madrid puede ser tanto un activo como un lugar desde el que montar un negocio o pasar una temporada.
El sur, en cabeza
Madrid no está sola en este ascenso. Ciudades como Oporto, Lisboa, Florencia o Corfú también están viendo cómo aumentan sus precios prime año tras año. Ocho de las diez ciudades europeas con mayor crecimiento de valor inmobiliario en 2024 están en el sur del continente. En Madrid, el incremento fue del 5,5 %, una cifra que refleja tanto la escasez de oferta de calidad como la creciente demanda de compradores bien informados.
La lectura es clara: mientras en otras regiones los grandes patrimonios perciben riesgos —ya sea por tensiones geopolíticas, cambios fiscales o inseguridad jurídica—, el sur de Europa ofrece un escenario estable y deseable.
Lo que muestra este informe es un cambio estructural en el mapa del lujo. Un mapa en el que el diseño de interiores, la arquitectura residencial y la planificación urbana tienen mucho que decir. Porque si las grandes fortunas están cambiando de lugar, también cambiarán la forma en que se habita, se construye y se vive la ciudad.
7 datos clave del informe de Knight Frank:
1. Madrid concentra el 43% de los grandes patrimonios (UHNWIs) en España.
2. El 44% de los family offices planea aumentar su cartera inmobiliaria directa.
3. Las ciudades del sur de Europa dominan el crecimiento prime: Corfú, Oporto y Lucca, en cabeza.
4. El precio de una vivienda prime en Jerónimos (Madrid): 7 millones de dólares por 3 dormitorios.
5. El número de ricos en Europa (más de 10M$) crecerá un 4,8% hasta 2028.
6. Los jóvenes patrimonios valoran más la experiencia y la movilidad que la posesión.
7. El índice de artículos de colección de lujo cayó un 3,3% en 2024, con el arte a la baja.