Telas de lenguas mallorquinas, la serenidad de Mallorca y tres suites de ensueño: Lorenzo Castillo llena de mar el interiorismo de este hotel

Dice la historia que la original tela de Lenguas mallorquinas (Roba de llengües) llegó a la isla a través de la Ruta de la seda y que tiene su origen en la ikat oriental, una técnica en la que se tiñe el hilo antes de ser tejido. En la isla balear es pura tradición y artesanía de la que hay rastros ya desde el siglo XVIII, y se caracteriza por tener un diseño que se asemeja a las llamas o lenguas de fuego. Si bien el color más típico es el azul o los tonos azules, otros como los esmeraldas, rosas, rojos o anaranjados, han ido haciéndose su hueco.

Barceló Aguamarina Lorenzo Castillo — Manolo Yllera

En este contexto y con las telas fabricadas por Teixits Vicens en Pollença, el interiorista Lorenzo Castillo ha trasladado toda la esencia de Mallorca, sus aguas cristalinas y su brisa mediterránea, al interior de las tres suites del hotel Barceló Aguamarina. Y la sensación de dormir arropado por olas podemos asegurar que es increíble.

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Un homenaje a la serenidad de Mallorca

"Hemos querido rendir homenaje a Mallorca, a su belleza natural y serenidad. En cada rincón de estas habitaciones se ha capturado la luz suave, los colores vibrantes y la armonía característica de la isla para crear espacios donde vivir la calidez del estilo de vida isleño" afirma Lorenzo de esta colaboración. Y damos fe de que lo ha conseguido.

Ubicado en cala Ferrera, el Barceló Aguamarina presenta sus IKAT Rooms, una renovación de sus tres suites, diseñadas con diferentes estampados ikat y siguiendo la técnica de teñido tradicional mallorquín y que desde 1854 se crean de manera artesanal en el taller de la familia Vicens, en Pollença. "Este 2024 cumplimos 170 años", cuenta Tomeu Fuster, general manager de la marca, mientras recorre el taller, "y seguimos trabajando manual y artesanalmente como entonces, ese es el secreto del trabajo bien hecho". Así, la exquisita visión de Lorenzo Castillo, con la artesanía tradicional de Teixits Vicens, ha dado lugar a tres ambientes singulares que reflejan los colores de Mallorca y de la propia cala donde se sitúa el hotel. Los tonos azules y aguamarina confluyen con verdes y amarillos vivos.

Pulcra sencillez y la luz acogedora del Mediterráneo

Las tres suites miran al mar, un mar que se refleja en el interior de las habitaciones y que recoge la calma y la luz acogedora del Mediterráneo. El mobiliario, con piezas de líneas relajadas y una pulcra sencillez, ha sido también diseñado por el equipo de Castillo, que remata las suites con detalles de artesanía en jarrones, cuadros y platos decorativos.

En las tres habitaciones, encontramos una zona de estar, con un sofá, mesa y dos butacas, y otro espacio que, sin contar una división física, se intuye como una pequeña mesa que podría considerarse de salón y dos preciosas butacas de estampado con reminiscencias marineras. Para envolver todavía más al huésped, en la zona propia del dormitorio, se ha optado por un gran cabecero tapizado, en diferentes estampados, pero donde los colores azules o turquesas son protagonistas.

Para dar sentido a todo este espacio, la habitación está rodeada por una inmensa terraza sobre la cala, de forma que, al abrirla, el exterior parece jugar con los colores interiores y fusionar ambos espacios. El blanco es el color que acompaña a todos los elementos, siendo el perfecto complemento a esas lenguas que en el fondo, simulan el movimiento de las olas y que se cuelan, juguetonas, entre las cortinas de Lorenzo. Fantasías mediterráneas para transmitir al visitante la magia y el encanto de Mallorca.