Abrir una librería en plena era digital es de una gran osadía, o de una increíble temeridad. El buenísimo posicionamiento de Finestres refrenda lo primero: que la valentía tiene su recompensa. Se ha convertido en un punto de referencia en Barcelona para comprarse un libro y hojear las últimas novedades editoriales, con el plus de poder hacerlo sentado en un butacón como de club inglés y sorbiendo un café. De hecho, ya han abierto un segundo espacio, justo enfrente, solo especializado en libros de arte, diseño, interiorismo, arquitectura... Quintana Partners (Benito Escat y Pol Castells) fueron los elegidos para construir un decorado para este concepto de librería generadora de experiencias poco habitual. "Hemos querido romper con la estética de las librerías, que muchas veces son como supermercados de libros, y crear un ambiente que te abrace, luminoso y confortable, que le dé valor al libro. La lectura te hace evadirte y relajarte. El mismo nombre, Finestres, ventanas en catalán, es una invitación a esa escapada. Partimos de la imagen de la típica biblioteca inglesa con anaqueles de madera, pero añadiendo color, y creamos zonas de lectura".

El espacio ocupa los bajos de un edificio modernista de Enric Sagnier en el Eixample barcelonés, y en su patio han montado el bar Watson con mesa convivial para promover las interacciones. "En la segunda librería hemos optado por algo con una estética más limpia, aunque con muchos muebles reutilizados, heritage como nos gusta llamarlos, que hemos adaptado. No las estanterías, pues el libro se presenta en muchos tamaños, pesa mucho y siempre hay que tener a la vista el máximo de referencias; las hemos hecho nuevas". Siguiendo la filosofía que ha guiado siempre al estudio, en ambos espacios han logrado la certificación LEED, que avala su sostenibilidad. Pasado, futuro, nuevo, herencia... Quintana sabe encontrar el punto de equilibrio.

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Librería Finestres Barcelona
Montse Garriga

Sofá inglés con terciopelo de Dedar y mesas españolas de los años sesenta.

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Montse Garriga

Cocina, obra de Quintana. Debajo, butacas Amanta, de Mario Bellini para B&B Italia, muebles art déco de la galería Fins de Siècles y mesa de centro capitoné a medida.

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Montse Garriga

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Montse Garriga

Sala de reuniones- comedor y, al lado, zona de estar de Finestres House, el piso que sirve de oficina y residencia de escritores invitados por la librería. El papel de la pared es de Schumacher.

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Montse Garriga

Comedor de Finestres House con mesa diseño de Quintana, sillas en Corsini Antiquités y lámpara de Murano en Brutus de Gaper.

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Montse Garriga

Muebles de anticuario como las lámparas de cerámica de Serge Castella y telas le aportan un toque doméstico.

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Montse Garriga

Quintana fabricó las estanterías a medida, pintándolas de colores con vida.

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Montse Garriga

El Bar Watson, en el patio, con una mesa corrida que fomenta el contacto.

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Montse Garriga

Benito Escat y Pol Castells.