No se sabe muy bien al entrar si Casa Flora es un hotel boutique o un apartamento turístico. Tiene de los dos –es confortable, ofrece privacidad– y sobre todo rebosa diseño, siguiendo las últimas tendencias en decoración en un enclave único para quien reserve noche allí: el corazón de Venecia. Se trata del proyecto conjunto de dos personas con trayectorias distintas: el empresario hotelero Gioele Romanelli y el director creativo Diego Paccagnella, fundador de Design-Apart, una plataforma que conecta a empresas de muebles artesanales de Italia con clientes de Nueva York.

Casa Flora es por tanto el resultado de la unión de estos dos mundos: el hotelero y el del mueble a medida. Más de 20 empresas han participado para dar forma a este apartamento dividido en dos: un espacio público flexible para reuniones sociales por un lado y un área privada por el otro. La entrada principal conduce directamente a la planta noble, que es también el núcleo social de la casa. En las habitaciones, con espacio de lectura y hamman particular, se reproducen los colores de la laguna veneciana: rosa claro, verde, amarillo y azul. El amplio espacio de baño está concebido como un pequeño jardín privado, com un invernadero donde relajarse después de una extenuante jornada turística.

Materiales venecianos tradicionales se han adaptado a la visión contemporánea del proyecto concebido por el arquitecto Matteo Ghidoni de Salottobuono y Laura Sari, diseñadora de interiores. Los cuartos de baño están recubiertos de azulejos de terrazzo, muy utilizado en los hogares venecianos. La piedra verde de la encimera replica los tonos de las aguas del canal y de la propia pátina mohosa que recubre las fachadas de palazzos e iglesias. Las telas son de Rubelli, compañía de exquisitas calidades con sede en Venecia. La cristalería de Murano la firma Salviati y la mesa del comedor y las puertas del dormitorio, hechas con madera de brezo, son obra de Xilia, compañía local de carácter artesanal. Todo lo que está a la vista en Casa Flora se puede comprar online.