Todo comenzó a los 18

D.J. De Pree recibe una herencia

Quizá no te diga nada el nombre de D. J. De Pree, pero su aportación al mundo del diseño es importantísima. Con tan sólo 18 años heredó una empresa familiar llamada Michigan Star Furniture Company, y ahogado por las deudas en 1923 pidió ayuda económica a su suegro, así que para agradecer este gesto De Pree rebautizó a la empresa con el nombre de su nuevo benefactor: Herman Miller. La firma de mobiliario se convirtió en una de las más importantes de la segunda mitad del siglo XX al contar en sus filas con nombres de la talla de George Nelson o los Eames, y hoy en día sus aportaciones al campo del diseño siguen siendo referenciales.

Ingvar Kamprad comienza a dar forma a Ikea

A principios del siglo pasado las inquietudes de los jóvenes que cumplían la mayoría de edad eran decidir qué coche comprar o a qué universidad ir, pero Ingvar Kampran lo tuvo claro: invirtió una pequeña cantidad que su padre le había dado y comenzó a vender pequeños objetos, hasta que topó con un sillón y decidió comercializar con muebles. Este es el origen de una empresa por la que todos hemos pasado en algún momento de nuestras vidas, una empresa con una gran expansión internacional y con sede en todo el mundo, es la historia de Ikea y de cómo un chico de 18 años decidió que su futuro era vender muebles.

La primera villa de Le Corbusier

¿Te imaginas qué sería de la arquitectura contemporánea sin Le Corbusier? Nosotros no, así que no queremos ni imaginar qué hubiera pasado si el joven Charles-Édouard Jeanneret-Gris no hubiera ingresado en la Escuela de Arte de La Chaux-de-Fonds, en la que no sólo aprendió a grabar sino que su amistad con uno de los profesores desplegó su imaginario arquitectónico en forma de vivienda. Si bien él no incluyó la Villa Fallet en su Obra completa es innegable que influyeron en la decisión de mudarse a Paris y convertirse en Le Corbusier, el gran arquitecto del siglo XX.

La Bauhaus recibe un nuevo alumno

La influencia de la Bauhaus en el diseño contemporáneo es innegable, pero lo es gracias a que los estudiantes de la escuela de diseño más famosa del mundo supieron entender que era la hora de un cambio en la producción de mobiliario. Uno de los grandes autores que salieron de sus aulas es Marcel Breuer, que cuando tenía 18 años decidió matricularse en la sede de Weimar que dirigía Walter Gropius. El potencial del joven Breuer le llevó a ser uno de los profesores del taller de muebles, y allí revolucionó el modelaje tradicional de materiales tan duros como el acero.

Las dos opciones de Finn Juhl

Las decisiones que se toman en ciertos momentos de la vida son decisivas, es por eso que en determinadas ocasiones merece la pena reflexionar para después no arrepentirse de ellas. Decidirse por una carrera universitaria es un buen ejemplo, así que cuando Finn Juhl se encontró en la encrucijada a la hora de escoger entre cursar Historia del Arte, tal y como había querido desde niño, o arquitectura, tal y como quería su autoritario padre, sus 18 años hicieron que siguiera la senda marcada por el patriarca, y el mundo del diseño sigue agradecido por esta decisión.

En el taller con Jean Prouvè

Vivimos en un momento en que la reivindicación de las labores artesanales se ha convertido en el objetivo de las grandes firmas de diseño, pero fueron muchos los grandes diseñadores que en sus inicios decidieron recibir una formación artesana. Con tan solo 18 años Jean Prouve entró a trabajar el hierro en la forja de Émile Robert, hecho que marcaría el trabajo del diseñador francés tanto en sus trabajos de escultura como en sus propuestas de diseño que aún hoy son piezas imprescindibles en los interiores de estilo industrial.