1 /9
Frank Lloyd Wright casa de la cascada

Frank Lloyd Wright: La casa de la cascada.

Con un 87% de votos, la residencia Kaufmann, conocida popularmente como la casa de la cascada, ha sido el edificio más votado en la encuesta que hemos realizado a través de nuestra cuenta de instagram. La historia de esta vivienda, diseñada por el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright, es bien conocida.

Edgar Kaufmann y su esposa Liliane eran los dueños de unos grandes almacenes en Pittsburgh y propietarios también de un terreno en los bosques de Pensilvania, en el que había una pequeña cabaña junto a una cascada del río Bear, que usaban como retiro de verano. Cuando la cabaña comenzó a deteriorarse, los Kaufmann entraron en contacto con el arquitecto a través de su hijo Edgar Jr., que trabajaba como becario en el estudio de Wright, para pedirle que demoliera la cabaña y construyera una nueva vivienda con vistas a la cascada.

Wright visitó el lugar pero se olvidó del proyecto. Unos meses más tarde recibió una llamada de Kaufmann avisándole de que iba a visitarle ese misma día a su estudio para ver los planos en los que, supuestamente, había estado «trabajando». En las dos horas que tardó Kaufmann en llegar en coche a Taliesin, el estudio de Wright en Wisconsin, desde el aeropuerto de Milwaukee, éste diseñó las líneas maestras del proyecto e improvisó sobre la marcha que la casa se situara sobre la cascada.

Se dice que cuando Kaufmann llegó se llevó una desilusión, porque la vista de la cascada era lo que más le gustaba del terreno que había comprado años antes. No fue el único punto de fricción entre arquitecto y cliente, con cruce de cartas realmente agrios, pero el empeño de Wright por llevarlo a cabo consiguió que, contra todo pronóstico, el nombre del arquitecto resurgiera (después de su consagración a principios del siglo XX, desde finales de los años veinte sus encargos decayeron y sus críticos le consideran «anticuado», mientras que las nuevas generaciones estaban más interesadas en las nuevas propuestas arquitectónicas que llegaban de Europa y la Bauhaus) y ya nunca más se viera menoscabado.

La casa se construyó entre 1936 y 1939 y fue el lugar de retiro de fines de semana del matrimonio, hasta la muerte de Liliane Kaufmann en septiembre de 1952 y, dos años y medio después, de su marido. El único hijo del matrimonio, Edgar Jr., fue su heredero y mantuvo la posesión sobre la vivienda hasta 1963, año en el que la donó a una entidad sin ánimo de lucro, Western Pennsylvania Conservancy, que se encarga de su conservación desde entonces y lo abrió al público en 1964. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en julio de 2019 (y«la mejor obra de la arquitectura estadounidense de la historia», según el American Institute of Architects) la vivienda ha recibido desde 1964 más de cinco millones de visitantes.

Mies van der Rohe Casa Farsworth

Ludwig Mies van der Rohe: Casa Farnsworth.

Segunda en las votaciones de nuestra cuenta de instagram, la Casa Farnsworth es una de las más emblemáticas construcciones del arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe y su expresión del «menos es más». Diseñada en 1945, fue encargada por la prestigiosa nefróloga (y varias veces propuesta para el premio Nobel) Edith Farnswoth para sus descansos laborales de fin de semana. El arquitecto desarrolló rápidamente el diseño –inspirado en su propio Pabellón de Alemania para la Exposición Universal de Barcelona de 1929–, con el fin de poder incluirlo en una exposición que se inauguraría en el MoMA de Nueva York en septiembre de 1947. Pero no se pudo empezar a construir hasta 1950, cuando se produjo el fallecimiento de una tía enferma de Farnsworth y poder acometer la obra con la herencia.

La casa se encuentra al sur de la ciudad de Plano, Illinois, a escasos metros del cauce del río Fox, sobre unos terrenos propiedad de la doctora que había adquirido años antes. Los característicos pilotes sobre los que descansa la vivienda obedecen, precisamente, al hecho de que el río suele desbordarse y el terreno sobre el que se asienta queda anegado por sus aguas.

Estéticamente, la casa es una maravilla: un único espacio de 140 metros cuadrados de superficie casi diáfana, con paredes de cristal de suelo a techo, que sumergían casi literalmente la casa en el entorno natural circundante. Los únicos espacios privados, invisibles desde fuera, eran los de cuartos de baño y maquinarias.

Esa ausencia de intimidad (y un desfase presupuestario de casi un 30% de incremento, por causas ajenas al arquitecto: la inflación de determinados elementos, provocada por la movilización para la Guerra de Corea) fue lo que provocó una cascada de demandas mutuas entre Mies y Farnsworth, por impago y por negligencia profesional, respectivamente. El juez decretó que el arquitecto tenía toda la razón y decretó el pago de las costas judiciales a la propietaria, que siguió usando la vivienda como su retiro de fin de semana durante los siguientes veintiún años, hasta que, harta de verse expuesta ante las «visitas» inesperadas de curiosos y amantes de la arquitectura, vendió la casa en 1972 y se retiró a otra villa de su propiedad en Italia.

El comprador fue el millonario británico y miembros de la Cámara de los Lores Peter Palumbo, barón de Palumbo, que decoró la vivienda con mobiliario diseñado por Mies en los años treinta, pero producido comercialmente por Knoll más recientemente. En 2003, Palumbo sacó la casa a subasta en Sotheby’s y fue adquirida, por siete millones y medio de dólares por dos entidades conservacionistas del patrimonio, National Trust for Historic Preservation y Landmarks Illinois, que se encargan de su conservación y su gestión como casa-museo, abierta a visitas guiadas.

Louis Khan LIbrary

Louis Khan: Biblioteca de la Phillips Exeter Academy.

Nacido en 1901 en la isla estonia de Kuressaare, que entonces pertenecía al Imperio Ruso, con el nombre de Itze-Leib Schmuilowsky, su familia emigró a Filadelfia cuando tenía cuatro años de edad. Aunque su nombre no sea muy mediático, su obra es monumental y atemporal y se caracteriza por sus grandes volúmenes, el hormigón visto (a la manera de Le Corbusier) y la preponderancia de la luz.

En vuestra elección, el edificio de la Biblioteca de la Phillips Exeter Academy obtuvo un 78% de votos. En 1965, Louis Kahn recibió el encargo de construir la biblioteca de la Phillips Exeter Academy, uno de los institutos de enseñanza secundaria privados más antiguos de los Estados Unidos, que educa a sus alumnos para que ingresen seguidamente en la prestigiosa Universidad de Harvard. Con su vieja biblioteca ya saturada, el director del instituto, Richard Day, decidió construir un edificio completamente nuevo, que se distinguiera de las históricas edificaciones neo-georgianas adyacentes, y encargárselo «al mejor arquitecto contemporáneo del mundo». Después de entrevistarse con varios de los más grandes, el bibliotecario Rodney Armstrong fue invitado a visitar el Instituto Salk de Estudios Biológicos, en La Jolla, California, construido por Khan y recién terminado en esos momentos, y eso terminó de desnivelar la balanza a su favor.

Khan construyó un edificio monumental, dimensionado para alojar 250.000 volúmenes y puestos de estudio para cuatrocientos alumnos. Para hacernos una idea de sus dimensiones, cuando finalizó su construcción, en 1971, el 16 de noviembre se suspendieron las clases y todos los alumnos y miembros del personal se dedicaron a trasladar los, por entonces, 60.000 volúmenes de la vieja biblioteca al nuevo edificio. En la actualidad es la biblioteca más grande del mundo de un instituto de secundaria. Y de su valía habla el hecho de haber recibido en 1997, más de veinte años después de la muerte de su autor, el Premio 25 Años que otorga cada año el Instituto Estadounidense de Arquitectos «a un edificio que ha sentado un precedente en los últimos 25 o 35 años y continúa fijando estándares de excelencia por su significado y su diseño arquitectónico».

Oscar Niemeyer escalera del palacio de itamaraty

Oscar Niemeyer: El Palacio Itamaraty o Palacio de los Arcos.

Seguidor de Le Corbusier, el brasileño Oscar Niemeyer fue uno de los arquitectos prolíficos del siglo XX. Su gran obra, por la que será eternamente recordado, es el proyectó íntegro de Brasilia, la capital de Brasil, construida en el interior del país entre 1956 y 1960 y concebida como modelo de ciudad «utópica», en la que se pretendía eliminar las clases sociales.

La construcción de la ciudad comenzó el 23 de octubre de 1956, en una extensa meseta de la sabana preamazónica de Brasil. Aunque el urbanismo de la ciudad es obra, fundamentalmente, de Lúcio Costa, Oscar Niemeyer fue el principal arquitecto y al que se deben los edificios más característicos de la ciudad: el Palacio de Planalto o Palacio de los Despachos (sede del Gobierno Federal brasileño), el Palacio Nereu Ramos o Palacio del Congreso (formado por la Cámara de Diputados y el Senado), el Supremo Tribunal Federal de Brasil (la Corte Suprema del Poder Judicial de Brasil), el Palacio de la Alborada (residencia oficial del presidente de Brasil), el Complejo Cultural de la República, la Catedral Metropolitana de Nuestra Señora Aparecida, el Teatro Nacional Cláudio Santoro y otros muchos, entre los que destaca el Palacio Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, y también conocido como Palacio de los Arcos, que ha recibido un 76% de los votos de nuestros seguidores en instagram.

De hecho, es también considerado la obra maestra de su autor, en el que se encuentra el mayor vestíbulo sin columnas de América Latina (con una superficie de 2.800 metros cuadrados), en el que destaca su fabulosa escalera helicoidal de caracol, en un único tramo sin barandas.

Gio Ponti Vila Planchart

Gio Ponti: Villa Planchart o Quinta El Cerrito, en Caracas.

El pasado mes de septiembre se cumplieron cuarenta años de la muerte de Giò Ponti, uno de los arquitectos, diseñadores industriales, artistas y publicistas italianos más importantes del siglo XX, fundador, además, de la revista Domus y, tal vez, el arquitecto italiano que más que ningún otro ha contribuido a la fama de la creatividad italiana en el mundo. Pese al tiempo transcurrido, la figura de Ponti sigue de actualidad, en primer lugar por su propia obstinación de no detenerse en el pasado y dar siempre la bienvenida a los horizontes cambiantes de la modernidad: en Ponti hay una comprensión del pasado, pero nunca la nostalgia. Asumir ese desafío y tomar el testigo era parte de su visión de la «italianidad»: «amar la arquitectura –dijo en alguna ocasión– es amar a tu país».

La segunda razón de la vitalidad de su arquitectura en la actualidad es por su exaltación de la «ligereza» como reflejo de una civilización de «costumbres simplificadas»: él afirmaba que la historia de la humanidad nos enseña que «va de lo pesado a lo ligero». Fue, además, un arquitecto adelantado a su tiempo en la relación de la arquitectura con la naturaleza y que se anticipó también al concepto de «sostenibilidad»: en sus obras en países tropicales no hay un solo aire acondicionado. La Villa Planchart (también conocida como la Quinta El Cerrito), votada por un 75% de los seguidores de nuestra cuenta en instagram, fue un encargo que recibió Ponti para levantar una residencia particular en la urbanización Colinas de San Román, la zona más elevada que rodea el valle en el que se asienta Caracas, la capital venezolana.

El matrimonio formado por Armando y Anala Planchart se presentó en 1954 en Milán para convencer al editor de Domus de que les hiciera los planos. Eran los clientes perfectos, sólo tenían dos peticiones: él quería situar su enorme colección de orquídeas en el interior y ella, una casa sin paredes desde la que poder contemplar completo el Ávila, la cadena montañosa de más de tres mil metros de altura que separa Caracas de la costa.

Ponti se enamoró a primera vista de la ciudad, hasta el punto de dedicarle un número entero de su revista, vaticinando que iba a convertirse en «la capital urbanística de América Latina». El arquitecto supervisó todo el proceso de construcción y se encargó de importar los más finos mármoles y cerámicas de su Italia natal, además de diseñarlo todo: desde el mobiliario hasta la vajilla e, incluso, seleccionó las piezas de arte de estos mecenas. Las obras que contiene han sido expuestas en el MoMA neoyorquino, desde un móvil del estadounidense Alexander Calder a un cuadro del venezolano Armando Reverón, pasando por una cerámica de Picasso.

La casa se inauguró en diciembre de 1957 y desde que murió Anala en 2004 se alquila para fiestas y conciertos y se puede visitar de la mano de los descendientes de la familia, a través de la Fundación Planchart. Aunque los problemas económicos que atraviesa Venezuela hacen que otras organizaciones hayan iniciado campañas para salvar su patrimonio.

Walter gropius edificio Bauhaus en Dessau

Walter Gropius: Edificio Bauhaus en Dessau.

Hijo y nieto de arquitectos, Walter Gropius no llegó a obtener el título, puesto que abandonó la carrera en 1908, frustrado por su incapacidad para el dibujo. Pero sí trabajó en estudios de arquitectura y le surgió la oportunidad de dirigir las escuelas de Bellas Artes y de Artes Aplicadas de la ciudad turingia de Weimar y su visión holística de la creación (en sus postulados, los artistas y artesanos debían trabajar codo con codo, aprendiendo los unos de los otros, eliminando las barreras entre ámbitos) le impulsó a fusionar ambas instituciones en una sola, la Bauhaus (que se estableció desde el principio en la sede de la Escuela de Artes y Oficios Gran Ducal Sajona, construida en 1906), en la que se «desaprendieran» todas las convenciones de la enseñanza tradicional de la arquitectura, el diseño, la artesanía y el arte, planteando un nuevo pensamiento basado en el auge del socialismo y la producción industrial a gran escala.

La gran depresión económica que se vivió en Alemania en los primeros años veinte forzó el cierre de la escuela de Weimar y el traslado de la institución a la ciudad sajona de Dessau, donde se construyó su nueva sede. Este sí era un edificio 100% Bauhaus (no un edificio «heredado»), en el que se pudo desarrollar su propia filosofía de diseño, elaborado por el propio Walter Gropius e inaugurado el 4 de diciembre de 1926, y que se convirtió rápidamente en un icono del racionalismo (también llamado Estilo internacional), basado en la idea de que la función hace la forma, con fachadas lisas y de líneas perfectamente definidas, sin elementos ornamentales innecesarios. Desde 1996, los edificios Bauhaus de Weimar y Dessau fueron catalogados como Patrimonio Universal por la UNESCO. Hoy son, pues, monumentos, pero no reliquias: en ellos se sigue enseñando e investigando. Y el 72% de los participantes en nuestra encuesta lo votaron.

Luis Barragan casa estudio en Mexico

Luis Barragán: Casa-estudio en Ciudad de México.

La casa-estudio del arquitecto mexicano Luis Barragán, construida en 1948 y en donde vivió hasta su fallecimiento, en 1988, es una de las obras arquitectónicas mexicanas de mayor relevancia internacional. La UNESCO lo incluyó en 2004, en el listado del Patrimonio Mundial, siendo el único inmueble individual de América Latina incluido en el catálogo, al tratarse de «una obra maestra dentro del desarrollo del movimiento moderno, que integra en una nueva síntesis elementos tradicionales y vernáculos, así como diversas corrientes filosóficas y artísticas de todos los tiempos». Él mismo definía la suya como una «arquitectura de las emociones», que se materializaba, fundamentalmente, a través del color como medio de reflexión de la luz. De la valía de su trabajo habla claramente que el comité organizador de los prestigiosos Premios Pritzker le concediera el galardón en 1980, ¡en su segunda edición! Un 70% de los participantes en nuestra encuesta votaron a su favor.

Le Corbusier edificio Chandigarh en la India

Le Corbusier: Palacio de la Asamblea de Chandigarh, en India.

El 15 de agosto de 1947 el líder nacionalista indio Jawaharlal Nehru izó la bandera nacional de la India en el Fuerte Rojo de Delhi y decretó la independencia de su país del Imperio Británico. La región geográfica y administrativa del Punyab se había dividido entre Pakistán y la India y su antigua capital, Lahore, había quedado situada en el lado pakistaní. El Punyab Este, indio, necesitaba una nueva capital y Nehru encargó al arquitecto suizo Le Corbusier la construcción de la ciudad que mostrara el espíritu moderno de la nueva nación y que fue bautizada como Chandigarh en su inauguración oficial, el 1 de noviembre de 1966.

Le Corbusier se encargó de todo el planeamiento urbanístico de la ciudad, con su trazado de calles, zonas de viviendas, parques y jardines, etc., así como de infinidad de edificaciones. ¡Hasta las manillas de las puertas de las oficinas públicas son diseño suyo! Chandigarh está dividida en sesenta sectores cuadrados de, aproximadamente, un kilómetro y medio de lado, cada uno de los cuales es un barrio independiente, con sus propios mercados, templos y escuelas, situados a una distancia inferior a los diez minutos andando desde cualquier extremo. Ni que decir tiene que Chandigarh es donde se concentra la mayor cantidad de edificios de Le Corbusier, cuyo Palacio de la Asamblea es considerado una obra maestra no sólo entre las de su creación sino de todo el Estilo internacional y un 69% de vosotros lo habéis votado en nuestra encuesta (aunque un 55% también votó a favor de la Capilla de Notre-Dame-du-Haut, conocida como la Capilla de Ronchamp).

Alvar Aalto

Alvar Aalto: La Sala Finlandia de Helsinki

La Sala Finlandia es un centro de eventos y congresos, con un gran auditorio con 1.700 localidades y salas para conciertos de cámara y conferencias (y un restaurante para 600 comensales), situado en un parque junto al mar en el centro de Helsinki, con vistas a la bahía de Töölö. El edificio fue diseñado en su integridad (eso significa ¡cada detalle del edificio!) por el arquitecto finlandés Alvar Aalto en 1962 y las obras del edificio principal se prolongaron desde 1967 hasta 1971. El ala dedicada a congresos se completó en 1975, apenas unos meses antes del fallecimiento de Aalto. Por eso, la veranda, que es obra de Jyrki Iso-aho, no se construyó hasta 2011. El edificio entero cuenta con una superficie edificada de 20.523 metros cuadrados distribuidos en tres plantas y ocupa un volumen de 138.186 metros cúbicos.

El edificio, que habéis votado un 51% de los participantes en nuestra encuesta en instagram, formaba parte, inicialmente, de un gran proyecto urbanístico para modernizar Helsinki que, desgraciadamente, jamás llegó a ver la luz. Al final, sólo se completó esta joya arquitectónica, que destaca sobre la bahía por la blancura infinita de su recubrimiento con placas de mármol de Carrara y el contraste que ofrece con el zócalo o una franja de la torre, revestidos de granito negro.