Un neón rojo sobre la entrada, una vespino aparcada, unas puertas que se abren y ya estás en Italia. Rita Pavone te da la bienvenida cantando su famoso Che cosa c`è, mientras las encantadoras recepcionistas te saludan con un buongiorno, come stai? Y tú no sabes cómo ni cuándo tu vuelo a Ibiza se ha desviado para aparecer en el Capri de 1965. Porque todo lo que te rodea te transporta a esa isla o cualquiera que en los años 60 fuese sinónimo de il dolce far niente que todo lo impregnaba entonces. Miras a tu alrededor y no te has equivocado, estás en el hotel Mongibello de Ibiza, en 2024. Pero ese año transcurre fuera. Dentro, te das cuenta de que todos y cada uno de los elementos que te rodean son los culpables de tu viaje en el tiempo.

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sombrillas en una piscina
Cortesía de Hotel Mongibello

Un pueblo que no existe para una atmósfera única

El nombre del hotel está inspirado en el pueblo donde transcurre el libro (y posterior película), "El talento de Mr. Ripley", un lugar que podemos cansarnos de buscar entre el tacón de Italia porque no existe. Lo más cercano que encontramos es que en Sicilia se conoce popularmente como Mongi, Gibello o Mongibello al volcán Etna. Por lo tanto, el hotel tenía que reflejar ese imaginario en torno a un lugar que evoca una Italia y una época que a su vez no existe o al menos no como la conocemos. Y esa fue más o menos la idea que Diego Calvo, CEO y Co-fundador de Concept Hotel Group, transmitió al grupo de diseñadores y artistas que eligió para hacer realidad ese sueño kitsch a la italiana.

recepcion de un hotel
Cortesía de Hotel Mongibello

Ilmiodesign y la esencia de la Costa Amalfitana

La remodelación corrió a cargo del estudio de arquitectura y diseño Ilmiodesign. A la hora de definir el concepto creativo, se inspiraron en la esencia de la Costa Amalfitana, pero aportando un toque desenfadado, muy en línea con el carácter de la isla. Así, evocando esa 'Dolce Vita' italiana, pero en clave canalla, Andrea Spada y Michele Corbani han dado vida a un establecimiento fresco, dinámico y elegante, donde predomina una paleta cromática inspirada en los colores del Mediterráneo, formas y prints geométricos, y elementos originales que buscan sorprender al huésped.

entrada de hotel con luces de neon en rojo
Cortesía de Hotel Mongibello

Elementos con personalidad

Para captar la atención del cliente encontramos elementos con personalidad propia, siempre con referencias al concepto creativo: en el lobby del hotel encontramos un Alfa Romeo Spider en la entrada o una fuente de estilo barroco italiano con una testa di moro, haciendo un guiño de nuevo a la esencia italiana del proyecto. 

tumbonas en una piscina
Cortesía de Hotel Mongibello

Puro estilo mediterráneo

En el área exterior encontramos la flamante zona de agua y beach club, de puro estilo mediterráneo, con tumbonas y zonas de descanso muy años 60, donde predominan intensos tonos azules y estampados geométricos tanto en suelos como en el mobiliario, aportando un extra de dinamismo.

dos butacas azules y una lampara encendida
Cortesía de Hotel Mongibello

Luminarias en exclusiva

En el interior, la iluminación juega un papel importante, por lo que gran parte de las luminarias han sido especialmente diseñadas por el estudio en exclusiva para el proyecto.

butacas en una barra de bar y un cartel de neon
Cortesía de Hotel Mongibello

Una habitación secreta

El estudio ha diseñado una habitación secreta denominada Lola's, en honor a la icónica discoteca ibicenca de la década de los 60 y 70, que proyecta este halo de misterio psicodélico. 

cama de hotel con ventanas y un cuadro
Cortesía de Hotel Mongibello

Expertas en el arte de vivir

En cuanto a las habitaciones, destacan las 32 suites del hotel inspiradas en personalidades vinculadas a la isla "expertas en el arte de vivir", como Ángel Nieto, Ángela Molina o Tony Pike. Y de esto se ha encargado el segundo de los artistas.

retrato sobre mueble con espejo
Cortesía de Hotel Mongibello

32 retratos, 32 maneras de vivir la isla

La obra de Marcos Torres viene definida por una narrativa visual impactante, un mundo particular y deliberadamente fantástico, dominado por el culto al color y el impacto visual, que se caracteriza por un fuerte vínculo con la iconografía musical, el mundo del cine y la mitología Pop. Pero para este caso tuvo que cambiar muchas cosas, tal y como nos contó. "El reto que me planteó el hotel Mongibello para homenajear, a través de sus 32 suites, a 32 personalidades ligadas a la Isla de Ibiza resultó un reto mayúsculo, en primer lugar porque se me invitaba (más bien obligaba, porque mi estrecha amistad con el CEO de Concept, Diego Calvo, es de esas en las que no puedes decir "no") a salirme de mi estilo gráfico, del lenguaje visual con el que se me reconoce y desde el que me reconozco".

retrato de niki lauda
Cortesía de Hotel Mongibello

Aura de 'bon vivant'

"Lo abordé imponiéndome el reto de que el particular ADN de los homenajeados se transmitiese a través de la obra: humanidad, humor, picardía o ese guiño personal que deja claro que el retratado ha sabido vivir la Dolce Vita. Ese aura de 'bon vivant' es uno de los puntos en común de la mayoría de homenajeados. Son personas que han vivido con mayúsculas, y que no solo han dejado una huella en la cultura de la isla sino que la isla ha dejado una huella, aún más honda si cabe, en ellos. El juego ha sido retratarles a todos como si fuesen aristócratas, que fuesen retratos clásico, señoriales, que transmitiesen elegancia y atemporalidad, pero siempre procurando que esa chispa, ese guiño de picardía, de ser fervientes vividores de la `dolce vita´  estuviese presente", concluye Marcos.

habitacion de hotel
Cortesía de Hotel Mongibello

Sergio Prieto o una forma única en la que vernos en un espejo

Para mirarnos con los ojos de los que han sido capaces de vivir y sentir Ibiza, el hotel contó con el talento (este nada oculto, no como el de Ripley) de Sergio Prieto. Afincado en Portugal pero natural de Toledo, Sergio lleva creando muebles desde niño y para Mongibello recibió el encargo de diseñar los espejos de las habitaciones. El proyecto surgió a través de una conversación entre Sergio Prieto y Diego Calvo. La inspiración vino a través de las formas y colores que tanto caracterizan el trabajo de Sergio Prieto, sin olvidarse de la esencia de aquella Italia tan idílica que a todos nos gusta, adaptando así ambos mundos. "El hotel Mongibello representa un pequeño gran escenario de un sueño italiano, donde cada detalle y momento cuentan". El espejo en cuestión tiene forma de óvalo alargado, acabado en color crema y con un trecho en forma de círculos rojos a una lado. En este caso, un punto muy importante fue la fabricación de los espejos, totalmente a mano por el artesano portugués que trabaja con el estudio de Sergio en las colecciones de Dovain Studio.

mural con butacas delante
Cortesía de Hotel Mongibello

El imaginario de la Dolce Vita tiene nombre de mujer

Concretamente el de Daniela Díez, Chenta, diseñadora gráfica e ilustradora ibicenca que vive a caballo entre Ibiza y Madrid. Ha trabajado con marcas como Samsung o Lancome así como para proyectos de particulares. Con mucha experiencia en identidad gráfica para proyectos musicales, diseño editorial, y colaboración con proyectos de hostelería. Recibió el encargo de realizar en primera instancia una ilustración para el mural (y portal secreto hacia el Lola´s), lo cual fue "un honor para mí. Ha sido un proceso muy bonito el de intentar transmitir esa esencia de la Dolce Vita que respira el hotel, ensalzando la elegancia, la sencillez y al mismo tiempo la picardía como elementos fundamentales a la hora de hacer un llamado constante al buen vivir".

postales en azul, blanco y rojo
Cortesía de Hotel Mongibello

También postales para evocar

Cuando comprobaron que el mural acompañaba al hotel de una forma tan fresca y natural, decidieron que el proyecto diese un paso más allá, aplicando ilustración también en el directorio del hotel, en los menús, postales, así como en las vidrieras del área del comedor. "Todas las imágenes respiran mucho blanco y evocan los paisajes y estancias que ofrece el hotel, trasladando esa calma y serenidad que uno siente cuando goza de su estancia en Mongibello".

sombrillas azules en unas terrazas
Cortesía de Hotel Mongibello

Lo mejor es empezar la casa por el tejado

O mejor aún, darle identidad a un espacio como la zona exterior de la piscina con los parasoles de Lobster's Day, o lo que es lo mismo, Albert García. Asegura que él trabaja para estar en lugares como Mongibello, "por eso cuando una vez fui al Paradiso (otro de los hoteles de Hotel Concept Group) me dije que tenía que estar ahí, que tenía que formar parte. Así que me puse en contacto con Diego (Calvo) y le dije que tenía que ver lo que hacía. Y así fue como empezamos a trabajar juntos. En el caso de Mongibello las pautas venían muy marcadas por Ilmiodesign". De ahi que todos los parasoles del hotel destilen ese aire sesentero y kitsch que se buscaba para la zona de la piscina. A rayas o en color block, el azul y el blanco son los protagonistas. Y roban tanto el corazón que no dan ganas de tomar el sol, sino de refugiarse debajo de uno de ellos a ver la vida pasar.

sombrillas en una piscina
Cortesía de Hotel Mongibello

Ver la vida pasar

Todos los parasoles del hotel destilan ese aire sesentero y kitsch que se buscaba para la zona de la piscina. A rayas o en color block, el azul y el blanco son los protagonistas. Y roban tanto el corazón que no dan ganas de tomar el sol, sino de refugiarse debajo de uno de ellos a ver la vida pasar.