La clave de esta casa en mitad de las montañas de Michoacán, en un lugar remoto de muy difícil acceso, es haber tenido la humildad de cederle todo el protagonismo al bosque que la rodea. "Nuestro mayor acierto fue utilizar elementos naturales de la zona que íbamos descubriendo e incorporando. El proyecto fue una danza constante entre naturaleza y artificio", explica Rogelio Vallejo, de los mexicanos HW Studio, encargados de levantar de cero esta construcción de 270 metros para un matrimonio joven con dos hijos.

El hormigón es el material que define la vivienda, pero también la madera ("para subir la temperatura y reducir la frialdad y rudeza del hormigón"), el acero y el recinto, una piedra porosa hecha de lava volcánica que encajaba con la atmósfera limpia y brutal que esperaban conseguir. "Elegimos el hormigón porque apenas necesita mantenimiento y el tiempo le aporta belleza, igual que el acero cuando se oxida", sigue Rogelio.

La estructura es muy simple y gira en torno a un eje central que divide la vivienda en dos: en el lado izquierdo se sitúa el salón, el comedor y la cocina; en el derecho, las habitaciones, cada una con su baño. "Los colores son los de los propios materiales. Tratamos de ser muy respetuosos con la honestidad que transmiten", añade el autor.

 

Ducha del baño principal de hormigón en bruto, con un taburete del estudio

En este refugio de vacaciones cerca de la ciudad de Morelia no hay papeles pintados ni textiles. Tampoco arte, porque los arquitectos no querían desviar la atención del bosque circundante. Prácticamente todo el mobiliario está realizado a partir de los elementos constructivos utilizados en la estructura: las bases de las camas, del sofá del salón, de la chimenea, la cubierta de la contrabarra y la isla de la cocina son de hormigón. La base de la mesa del comedor y la del salón con sus bancos están hechas con pinos caídos comprados a la comunidad local, y las lámparas de techo, la puerta de acceso y los sobres de las mesas son de acero. "Todo lo hicimos in situ; nada es comprado, salvo los cojines y los colchones".

El corazón de la casa, además, no es ninguna habitación, aclara Vallejo, "sino el camino de acceso, donde el visitante se topa con un majestuoso pino que es quien realmente le permite entrar. Su presencia es tan importante que su energía fue capaz de distorsionar la linealidad del muro –un gesto que además facilita el paso– para formar esa suave curva que rompe la geometría". 

 

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El foco visual
Nin Solis

El foco visual

"Es el enorme árbol que recibe a la entrada. Respetarlo fue la decisión más importante de la obra y la más arriesgada".

El mobiliario
Nin Solis

El mobiliario

Fue realizado por HW Studio con los mismos materiales utilizados en la estructura. En el salón, los bancos y la base de la mesa y los armarios son de madera de los pinos caídos de la zona que los arquitectos compraron a la comunidad local. El sobre de la mesa es del mismo acero usado en la fachada. La cerámica es de la artista Daniela Solis. 

Las zonas comunes
Nin Solis

Las zonas comunes

Se ubican en el ala derecha separadas de los dormitorios, a la izquierda. 

Cuatro muros de hormigón
Nin Solis

Cuatro muros de hormigón

Emergen del paisaje; dos de ellos contienen la tierra de la nueva colina que se generó al levantar la casa, y otros dos enmarcan el acceso. 

La cocina
Nin Solis

La cocina

Abierta al salón, la gran isla está realizada del mismo hormigón que el techo y las paredes. Las lámparas, también diseño del estudio, son de acero, como la puerta de acceso y el tiro de la chimenea. 

El baño principal
Nin Solis

El baño principal

Con lavamanos hechos con secciones de columnas, espejo de un cristalerol ocal, y grifería de Helvex 

En el dormitorio principal
Nin Solis

En el dormitorio principal

La madera del suelo y las mesillas de troncos suavizan la crudeza del hormigón. Puf de ratán, en Paralelo Mexicano; lámpara, diseño de HW Studio, y ropa de cama y cojines, de Zara Home. 

Retrato de Sergio Rogelio Vallejo
Nin Solis

Retrato de Sergio Rogelio Vallejo

"Para el cliente era muy importante conservar la atmósfera ruda y primitiva de estar en la montaña. Por eso solo se utilizaron cuatro materiales: piedra, madera, hormigón y acero".