Lyndon Neri (Filipinas, 1965) y Rossana Hu (Taiwán, 1968) se conocieron estudiando arquitectura en Berkeley (California). Luego cada uno se especializó en universidades diferentes –Harvard y Princeton– y trabajaron para Michael Graves y el despacho de Chicago SOM.

Hace tres lustros abrieron despacho en Shanghái. Hoy, Neri&Hu diseñan para las grandes productoras del mundo y sus exquisitos edificios reivindican una nostalgia constructiva, capaz de actualizar la tradición y proteger el campo y la naturaleza.

Sus verdaderos nombres no son Lyndon ni Rossana. “Son nuestros nombres occidentales. A la hora de hacer el pasaporte mi padre buscó el más parecido al mío”, apunta ella. “Vivimos con ese doble nombre. Sería demasiado difícil cambiarlos”.

En su trabajo se empeñan en alterar la tabula rasa con la que se están redibujando las ciudades chinas. En la edición 2020 del Madrid Design Festival –donde fueron reconocidos por su trayectoria junto a otros grandes del diseño como Giorgetto Giugiaro y Bruno Monguzzi– hablan de nostalgia reflexiva y de significado.

Lyndon Neri & Rossana Hu

¿Qué da significado a un edificio?

RH: Cuando un niño crece con recuerdos de una ciudad que ha sido demolida de una forma tan rápida que la gente no se acuerda de cómo era hace tres años, ese niño carece de memoria urbana.

LN: Existe una responsabilidad hacia tu cultura y hacia el lugar en el que trabajas. Martin Heidegger escribió que la vivienda no es solo un techo o un refugio que protege a la humanidad. También es la interacción de muchas personas diferentes que construyen un espacio.

Capilla de Suzhou, China, 2016

Diseñan sus últimos proyectos en el campo. Aseguran que ganan menos dinero, pero que sienten que salvaguardan su cultura. ¿Es una reacción a lo que está pasando en su país?

LN: No queremos sobreproteger; lo que hacemos se podría llamar nostalgia reflexiva frente a la nostalgia restaurativa que sería la de reconstruir Venecia. O la de reproducir Venecia en Las Vegas. Defendemos proteger sin momificar, de forma que se pueda llevar el pasado hacia el futuro. Somos capaces de sintetizar y de hacer algo creativo con una arquitectura que tiene sus raíces en la tradición. Tratamos de rescatar sensaciones. Buscamos combinar necesidades del presente con elementos del pasado.

En el Bund de Shanghái han dejado hablar al pasado haciendo convivir su intervención con restos del edificio existente. El resultado povera lo hemos visto en Chipperfield (Neues Museum) o Lacaton Vassal (Palais de Tokio). ¿Cómo actualizar la tradición?

LN: Estamos interesados en lo viejo y en lo nuevo, pero también en entender profundamente el porqué. ¿Por qué no usar ladrillos? ¿Por qué no usar pintura blanca para que sea como el yeso cuando una región es muy húmeda? Debemos entender la esencia del pasado. No podemos simplemente contarlo. Se trata de repensarlo. ¿Por qué abandonar lo que tenías y cambiar completamente? Hay espacio para evolucionar lentamente.

Split House, reconstrucción en clave contemporánea de una de las típicas casas Magical Lane que dominaron el tejido urbano de Shanghái durante la década de 1930 (2012).

¿Serían capaces de trabajar con ladrillos, que requieren mucha mano de obra, en un lugar que no fuese China?

LN: Tienes que lidiar con el lugar y con los condicionantes. En Alemania nos pidieron ladrillo y acabamos construyendo en hormigón. No puedes tratar de decidir lo que crees que es hermoso sin considerar si va a ser viable o no.

La celosía parece su firma arquitectónica. La aplican con todo tipo de formas y la construyen con diversos materiales...

LN: Estamos obsesionados con el trabajo por capas porque difumina las fronteras. En China hay una estrategia para los jardines, y si miras las teorías que hay detrás existe un término llamado chieh-ching [el shakkei japonés] que significa tomar prestado el entorno, sumar la escenografía, de forma que cuando diseñas un jardín y hay una pagoda puedes incorporarla a las vistas. La celosía permite sumar lo interior a lo exterior.

Banco Twelve AM, Molteni.

¿Creen que la naturaleza ha de ser también rescatada?

LN: Los paisajes no pueden ser solo árboles y hierba. Un paisaje no es únicamente un hermoso elemento verde; a veces necesita rincones. Encuentro problemático el paisaje como una pieza de museo, meramente decorativo, puesto en un pedestal que no puedes tocar, que solo puedes mirar. Solo poder mirar es fruto de la cultura de la museificación y esa es una concepción que está muerta.

¿Cómo hacer que el paisaje esté vivo?

RH: La desconexión con la naturaleza es un grave problema en nuestra sociedad. La naturaleza da sombra, es mucho más que un manto verde. Debemos entender lo que es la naturaleza.

Nuevo Teatro de Shanghái, 2018.

¿Su trabajo arquitectónico trata más sobre el tacto que sobre el lugar?

L.N: Es más sobre la luz y el espacio, el tacto es secundario.

R.H: De hecho viene de Rafael Moneo, que dirigió la tesis doctoral de Lyndon.

¿Cómo decidieron abrir su estudio en Shanghái?

L.N: Nunca lo planeamos. Los padres de Rossana son de Shanghái. Nos trasladamos allí para hacer un proyecto para Michael Graves y una de las condiciones fue que, como Rossana acababa de dar a luz a nuestro tercer hijo, tras finalizar aquel proyecto íbamos a estar más tiempo juntos.

Hotel boutique The Walled Retreat, Yangzhou, China, 2017.

¿Cuál es su idea de la vivienda del siglo XXI?

L.N: Estamos ahora mismo renovando nuestra casa y cambiamos de idea con frecuencia. A lo mejor eso es una definición de la casa hoy. Si observas a la generación joven, no está interesada en mantener ciertos elementos tradicionales o en la idea de propiedad. Creo que las casas del siglo xxi no arrastrarán muchos lastres. Serán más rompedoras, mas pequeñas, más vacías.

El interior es muy importante en su trabajo; sin embargo muchos arquitectos han abandonado ese espacio, ¿por qué?

R.H: Por la especialización y la división del trabajo. Nadie quiere tocar el trabajo de los otros. Es un error pensar que el interior es menos importante. La gente cuando va a un hotel no se fija en el exterior del edificio tanto como en el interior. Prestar atención al interiorismo forma parte de la educación que recibes. Arquitectos de una generación anterior a la nuestra aprendieron que la ciudad era lo esencial y descuidaron el espacio interior.

Lámpara de suspensión Yanzi, Artemide.

¿Eso es una visión masculina de la arquitectura?

L.N: Algunas personas consideran que Rossana es la parte más masculina del estudio. Es resolutiva, pragmática… Algunas veces ella piensa que dedico demasiado tiempo a los detalles. No sé si eso es ser masculina.

R.H: Sí, le digo que pare ya de diseñar los azulejos del baño.