A día de hoy, más que nunca, el resto de Europa mira al sur no solo por su clima y sus playas, sino también por su estilo decorativo, por la belleza de sus casas. Concretamente la de las zonas bañadas por el Mediterráneo, pura tendencia. Ponemos la vista en Ibiza o Santorini para trasladar un poco de esa estética marcada por los materiales naturales y el contraste cromático. Pero también para trasladar toda la calma de una casa en la playa a pesar de que no abandonemos la ciudad.

¿Qué es el estilo mediterráneo?

Su nombre lo dice todo: se trata del estilo decorativo típico de las zonas de costa de los países bañados por el mar Mediterráneo, con España, Italia y Grecia a la bandera compartiendo una estética similar. Tejidos de fibras naturales y madera combinados con colores representativos del verano como los neutros tierra o blancos se mezclan con una gran gama de azules, que van desde el turquesa, propio de las playas de guijarros, hasta el azul oscuro del mar más profundo. Este estilo también está en auge por el actual boom de la artesanía y el valor de lo local, algo a lo que está estrechamente ligado.

La luz natural del sol tiene una importancia protagonista a la hora de dar forma al interior de una vivienda con estilo mediterráneo, aprovechando todo su potencial pero manteniendo fresco el interior.

¿Cómo aplicar el estilo mediterráneo en cinco pasos?

1. Paredes blancas y (casi desnudas)

Las paredes blancas son un imprescindible de la arquitectura mediterránea, y el elemento que mejor refleja la esencia de este estilo decorativo. De forma natural y sin tratar en exceso ni sobrecargar con un exceso de decoración, suelen ir acompañados detalles en otros materiales como la piedra, las vigas de madera en el techo o las baldosas hidráulicas para el suelo.

2. Los muebles de madera

Como decimos, los materiales naturales son la clave del estilo mediterráneo, y el mayor representante de esta carta de materiales es sin duda la madera. Este es el material elegido para los muebles más grandes y que más volumen ocupan en una casa mediterránea, por ejemplo, las estanterías, alacenas y mesas.

Además de la madera, los otros materiales imprescindibles son las fibras como el mimbre, el ratán y el yute que si bien se mantienen dentro de esa paleta de colores naturales minimalista, aportan un juego visual a través de las diferentes texturas. Alfombras, sillones de lectura o lámparas de techo en estos materiales terminan de configurar el mobiliario de una casa mediterránea.

3. La paleta de colores viene de la playa: azul marino y blanco roto

Siguiendo la idea de frescura y relajación, los tejidos preferidos para el estilo mediterráneo son aquellos finos y transitables, así que el algodón y el lino serán las telas que debamos buscar para vestir cojines, sábanas o cortinas. Los colores vienen inspirados por la naturaleza del paisaje, y junto al beige y el blanco de la arena de las playas mediterráneas, el azul del mar no puede faltar. Piensa en la bandera griega, ese es el binomio cromático perfecto.

4. Bien de artesanía

En cuanto a las piezas decorativas o los utensilios de cocina, el material que más predomina es la cerámica y la belleza personal que tienen los objetos hechos a mano, pues los países mediterráneos cuentan con artesanos locales que mantienen vivos estos oficios.

Junto con el patio y la vida al aire libre, la estancia con más valor de una casa mediterránea es la cocina, debido a la importancia de la comida como momento de reunión familiar o entre amigos. Para darle un toque extra a esta habitación se utilizan azulejos pintados que decoren las paredes. Si están pintados a mano, mejor.

5. Y para terminar: un toque amarillo

Si bien es cierto que el estilo mediterráneo llama a la calma y la sencillez, no lo hace de la misma manera que el minimalismo nórdico o japonés. Aquí no es necesario desprenderse de todo artificio, al contrario, aquí hay lugar para los tonos llamativos. El amarillo es la nota vibrante de la decoración mediterránea, pues evoca el sol, la luz y el calor de las playas; pero también el limón, un cítrico muy presente en estos países.