La convivencia requiere de pactos, también decorativos. La casa de vuestros sueños puede ser una suma de vuestros respectivos estilos. ¡El resultado puede ser apasionante! Si durante el proceso te atascas, toma nota de estos consejos. Puede que te ayuden a seguir adelante. ¡Triunfarás!

Sofá doble, pero

Cuando escoges un sofá, es frecuente que pienses en las visitas de vuestros amigos y familiares, y acabes comprando un modelo más grande de lo que necesitáis para el día a día. Una buena solución es apostar por un sofá doble que permita la incorporación de módulos más adelante. Siempre y cuando el espacio lo permita.

Puedes empezar por un sofá de dos plazas e ir añadiendo módulos a medida que la familia vaya creciendo. En la imagen, modelo de Depadova.

Mesa para cuatro (o para seis)

Lo mejor es que optes por una mesa informal, que puedes ubicar en un rincón bonito y luminosos del comedor. No tiene por qué ocupar el espacio central. Escoge un modelo para cuatro comensales (seis, contando los extremos) y tendrás el éxito asegurado.

Muchas plantas, pero muchas

Las plantas crean un ambiente natural ya que contribuyen a purificar el aire. Si no estáis acostumbrados a vivir en espacios con plantas, escoged aquellas que no necesiten demasiado mantenimiento. Si aún así, en alguna ocasión percibís que el ambiente está contaminado, decantaos por un purificador de aire. Notaréis un aire más limpio.

Colores claros

A menos que sintáis predilección por un color (en ese caso, id a por todas con ese tono), la solución cromática que os permitirá disfrutar de un ambiente más fluido es una combinación de colores claros vinculados a la luz y, sobre todo, a la tierra, tan de moda este año. Blancos, beige, grises y crudos crearán una atmósfera favorecedora que os hará brillar.

 Los colores claros te ayudan a crear un ambiente más fluido y siempre estás a tiempo de introducir una nota de color. En la foto, propuesta de Ethnicraft, en Domestico Shop.

El baño: doble o nada

El baño puede ser una fuente de conflicto. Para evitarlo, lo ideal es tener dos lavamanos: uno para tu pareja y otro para ti. Si no tienes esa suerte, el orden puede ser convertirse en vuestro aliado. Si cada uno tiene su estante para sus cosas, no habrá malentendidos.