Elegido por París 2024 para imaginar las antorchas y el pebetero de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, el creador francés Mathieu Lehanneur ha sido el encargado de dar forma a tan icónico símbolo, y lo ha hecho en torno a tres inspiraciones principales: igualdad, agua y paz, valores pero también elementos contextuales.

La igualdad, que se expresa tanto en la paridad absoluta de los atletas como en el espacio equivalente otorgado a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, se refleja en la perfecta simetría de la antorcha. Por primera vez en su historia, juega con esta dualidad y equilibrio.

 

Mathieu Lehanneur ha buscado en todo momento el equilibrio en el diseño.

 

Más allá de sus monumentos, París representa el arte de vivir a la orilla del agua. El Sena es el enlace y el corazón palpitante de la ciudad y también servirá como teatro para la ceremonia de apertura. La antorcha se inspira en él jugando con las ondulaciones y los reflejos en el metal pulido que se vuelve líquido.

 

 

Finalmente, la idea de tranquilidad se transmite a través de un diseño completamente basado en curvas y líneas continuas. Porque si bien los Juegos son un espacio de competición y actuación, la llama sigue siendo objeto de transmisión y encarnación de la paz. En este sentido, los Juegos son un momento suspendido en el tiempo, una ambición fraternal que el deporte puede y debe traer.

Mathieu Lehanneur diseñó la antorcha en torno a tres inspiraciones principales: igualdad, agua y paz, que son valores pero también elementos contextuales.

"Diseñar la antorcha olímpica es el sueño de un diseñador que solo se hace realidad una vez en la vida, como un encuentro milagroso con la Historia. Tan ritualista como mágica, la antorcha es un objeto mítico. Como símbolo de cohesión y participación, es la verdadera clave para abrir los Juegos. Recorrerá miles de kilómetros, pasados de mano en mano, por tierra y mar. Para París 2024, y por primera vez, jugará con una simetría perfecta para expresar mejor un mensaje de igualdad. Quería que fuera extremadamente puro, icónico y casi esencial. Simple como un guion y fluido como una llama", asegura el artista Mathieu Lehanneur.

 

Lehanneur ha desarrollado este trabajo en The Factory, la nueva sede de la marca del diseñador y ubicado a las afueras de París.

Para fabricarla, se ha contado con la compañía siderúrgica ArcelorMittal, seleccionada por su capacidad para producir acero con una huella de carbono reducida que cumple con los requisitos de diseño de la antorcha.