Ubicado en la zona de Sant Francesc Xavier, en Formentera, el proyecto del estudio MCEA (Manuel Costoya Estudio de Arquitectura) persigue la conexión entre personas de diferentes generaciones. Y lo hace a través de espacios conectados en los que se puede practicar diferentes actividades físicas, dependiendo de la edad. La primera zona es para que los más pequeños aprendan a patinar. La segunda, está destinada al skate, y hace las delicias de los jóvenes. Mientras que la tercera está diseñada para los mayores realicen ejercicios biosaludables.

Un proyecto que persigue la conexión entre personas de diferentes generaciones a través de espacios conectados en los que se puede practicar diferentes actividades físicas.

"El objetivo fundamental de esta primera parte de la intervención consiste en fomentar la interacción entre distintos grupos de edad mediante la introducción de múltiples modalidades deportivas adaptadas a cada uno de ellos", afirman desde el estudio. Así, el programa funcional incluye espacios para el aprendizaje de patinaje para los usuarios de menor edad, zonas de skate en modalidad street y bowl para los usuarios pertenecientes a grupos de edad intermedios y zonas de actividades biosaludables para los grupos de mayor edad. La ordenación de estos usos de forma que se fomente el contacto entre los distintos usuarios sin producir interferencias negativas entre ellos constituye el principal hilo conductor de la intervención.

El programa incluye zonas de 'skate' en modalidad 'street' y 'bowl' para los usuarios pertenecientes a grupos de edad intermedios.

"Partiendo del concepto de una ordenación superficies pavimentadas de reducidas dimensiones en la que debía ser predominante el carácter natural de la intervención, se procedió a diseñar un conjunto de pequeños espacios circulares, independientes y orientados cada uno de ellos a un grupo de edad específico, poniendo en relación a todos ellos mediante un recorrido común y sinuoso que fomenta el contacto entre los distintos usuarios", dice Manuel Costoya. "Como complemento del programa de usos demandado, se introdujeron pequeños espacios de estancia y reposo dotados de arbolado para la producción de sombras", añade.

Los espacios intersticiales situados entre los distintos usos implantados dan continuidad a la geometría elegida e incluyen bandas de una especie autóctona como la lavanda, que minimiza las necesidades de riego, y, además, oculta parcialmente la visión del hormigón.