A 30 minutos de Lisboa, la ciudad costera portuguesa de Cascais destila belleza atlántica de norte a sur. Esta antigua villa marinera reconvertida en refugio de aristócratas, bohemios amantes del mar y artistas, es uno de los destinos más exclusivos de Europa. Y es también el enclave en el que ha instalado el nuevo hotel Artsy.

 

El nuevo establecimiento boutique de cinco estrellas se ubica en la avenida Dom Carlos, en el corazón de la ciudad y en pleno barrio de los museos, con la intención de dar un toque de color al clásico panorama hotelero. El alojamiento está dividido en dos edificios completamente antagónicos, uno con fachada del artista urbano Vhils (Alexandre Farto). Los huéspedes que elijan alojarse en la nueva ala tendrán la sensación de dormir dentro de una obra de arte. El otro edificio ocupa un antiguo palacete del siglo XIX. Esta antigua y opulenta mansión familiar es ejemplo de la llamada arquitectura de casa veraniega y fue construida por un amigo del rey Don Carlos I, también perteneció al industrial portugués Alfredo da Silva, hasta que pasó a manos de la familia materna del actual propietario, Francisco María Balsemão.

Terraza con vistas

Como su propio nombre indica, el arte es el gran protagonista de este alojamiento de cuatro plantas y dos edificios que simbolizan tradición y vanguardia. Además de la obra de Vhils, se han encontrado grabados de Rembrandt del artista británico Fipsi Seilern en la construcción original del edificio. En el vestíbulo y en la escalera del hotel hay obras de Alice Morey, Daniel Lergon, João Gabriel y João Vasco Paiva. El proyecto arquitectónico, firmado por Pedro Gomes Fernandes combina lo moderno con lo antiguo que mantiene las características originales del palacio rococó de 1899. Ambos edificios están unidos por una estructura de cristal, que representa simbólicamente el paso entre el siglo XIX y el XXI.

Habitación con fachada moderna

Con tan sólo 19 habitaciones (desde 210 euros), Artsy Cascais ofrece a sus huéspedes una experiencia única y adults only en un interiorismo que cuenta con el savoir faire de la decoradora Marta Carreira, que ha buscado sumergir el hotel en su entorno aportando a las habitaciones elementos de arena y mar que recuerdan a las playas de Cascais y el aura bohemia de la ciudad. Los tonos neutros y los tejidos crudos escogidos por la decoradora se resaltan gracias a un cuidado proyecto de iluminación y por las piezas de arte que puntúan las zonas comunes del establecimiento.

Signature suite

La planta baja de Artsy es el epicentro gastronómico del hotel. A cargo de la dirección gastronómica está Daniel Estriga, encargado de crear una experiencia personalizada y un menú flexible centrado principalmente en el marisco. Y en la azotea, el rooftop, exclusivo para huéspedes, acoge una piscina climatizada y ofrece vistas sobre la zona histórica de la ciudad. Promete convertirse en uno de los mejores lugares de Cascais este verano.

 

Restaurante