El blanco es, junto con el negro, el color neutro por excelencia. Y es uno de las tonalidades más empleadas en decoración. Y con razón. Es luminoso, regala amplitud, aporta sensación de limpieza y es muy, muy elegante. Pero para llevarlo a tu casa es necesario que tengas en cuenta ciertos aspectos. Por eso te traemos los mejores consejos para decorar en blanco, ¡y triunfar!

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Edificio blanco.
Lukas Schaller

Naturalidad y calma

El color blanco refleja la mayor parte de la luz que recibe –más del 80%–, por lo que nos aporta el conjunto global y equilibrado de las radiaciones y frecuencias de la luz de la naturaleza que nos rodea. El blanco nos despoja de todo lo complementario, aporta naturalidad y sosiego. Los ambientes con predominio del color blanco son percibidos como más espaciosos y resulta idóneo para pintar habitaciones pequeñas y con techos bajos.

Dormitorio abuhardillado decorado en blanco y con cama con dosel.
Robert Young Architects

Luz en equilibrio

Se debe cuidar especialmente el tema de la iluminación ambiental, buscando los equilibrios al conjugar la luz natural con la artificial, a fin de no padecer ciertos excesos, creando ambientes demasiado estimulantes o muy brillantes. Las paredes blancas actúan de elementos “neutros” ante la luz, reflejando casi toda la luz que incide en ellas.

Comedor con paredes, techos. ypuertas en blanco.
Iittala

Complementos cálidos

Si el espacio está iluminado por el sol, habrá que tener en cuenta que en invierno y en las épocas frías del año, la luz ambiental es más azulada, y como percibimos el azul como color frío, ejerce un efecto “refrescante” de los espacios interiores o exteriores, algo que es de agradecer en épocas y en climas calurosos, pero puede “enfriar los ambientes” en invierno. El efecto “enfriante” puede compensarse aportando calidez con complementos decorativos de colores cálidos –amarillos, naranjas o rojizos– y con una iluminación con predominio de luz cálida (2.000 o 3.0000K).

Cocina blanca con office con mesa blanca y sillas blancas, verdes y de madera.
Muuto

Verano azul

En pleno verano, en la luz solar dominan los colores amarillos, y por lo tanto. La percepción visual de los espacios pintados de blanco nos lleva a sentirlos como más cálidos –e incluso sofocantes–. Unos complementos decorativos con tonos azulados o luces de más de 5.5000K, aportarán frescor a los ambientes pintados de blanco.

Salón blanco con detalles en colores tierra y madera.
Alvhem

El compañero ideal

El blanco coordina perfectamente con otros colores neutros como son los grises, tierra, ocres, marfil o beiges, con los que se pueden generar atmósferas frescas, acogedoras y relajantes. Son los compañeros ideales para el blanco si queremos crear un efecto natural. Los decoradores e interioristas apuestan por ellos para dar lugar a espacios elegantes. 

Dormitorio clásico decorado en blanco.
Emma Persson Lagerberg

Versatilidad

Una de las principales ventajas del color blanco es su enorme capacidad para combinar con cualquier estilo y entorno decorativo. Es el color más versátil de toda la paleta. Además, es un color que se presta a sutiles variaciones (blancos rotos) con resultados igual de estimulantes. En la fotografía, proyecto de Emma Persson Lagerberg. 

Cocina blanca y comedor con mesa y sillas de madera y lámpara de fibras.
The Sisters Agency

Un buen diseño de interior

Utilizado en exceso, el blanco puede llegar a saturar los ambientes y transmitir frialdad. Un buen diseño de interior ha de saber equilibrar todo el conjunto. Los elementos naturales ayudan a restarle frialdad al blanco. Cuando haya ventanas que den a un jardín, como la de la fotografía, conviene potenciarlas. 

Salo´n con mobiliario en blanco, suelo de madera y comedor y cocina integrados, vistas al exterior de jardi´n.
BELEN AQUINO

Símbolo de pureza

El color blanco es la síntesis de todo el espectro cromático. Está asociado a la pureza, la calma y la armonía. En cromoterapia se usa para estimular el optimismo y la espiritualidad. Es un color que sirve para expandir la mente y para evadirse. El banco tiene muchas interpretaciones, pero priman las positivas. 

Cocina blanca con adorno de fibras naturales.
Osvaldo Pérez

Cada detalle cuenta

Los detalles decorativos pueden ayudar a compensar predominancias no deseadas de tonalidades más frías o cálidas. Elementos como un bol de madera o un jarrón en un color cálido contribuyen a dar sensación de profundidad a una estancia blanca. Porque el blanco es más blanco cuando aparece contrastado con otro color.  

Salón con alfombra blanca.
Benuta

Mantas y alfombras

Hay que buscar el equilibrio al conjugar luz natural y artificial para lograr un resultado armonioso. Las mantas de lana aportan calidez y las alfombras también resultan acogedoras, sobre todo cuando encuentran su lugar ideal en el suelo. También son perfectas para separar espacios y, así conseguir que la casa tenga diferentes ritmos. 

 

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