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premio pritzker 2021 lacaton vassal casa Latapie
Philippe Ruault

La casa Latapie en Floirac (1993) fue la primera aplicación de Lacaton Vassal de tecnologías de invernadero para crear una vivienda de bajo presupuesto con paneles retráctiles de policarbonato.

premio pritzker lacaton vassal casa en burdeos
Philippe Ruault

En esta casa que ocupa una antigua fábrica en Burdeos (1999) recurrieron de nuevo a los paneles de policarbonato para crear un patio interior y distribuir la luz natural por todo el interior.

premio pritzker 2021 lacaton vassal 53 Units, Low-Rise Apartments, Social Housing 1
Philippe Ruault

Esta promoción de vivienda social en Saint-Nazaire (2011) consiste en 53 apartamentos organizados en edificios de tres plantas. Las viviendas en planta baja disponen de jardín privado, mientras que las de los pisos superiores disfrutan de balcones o galerías cubiertas.

premio pritzker 2021 lacaton vassal Palais de Tokyo
Philippe Ruault

Lugar de creación contemporánea, fase 2, Palais de Tokyo, París (2012)

premio pritzker 2021 lacaton vassal teatro multiusos
Philippe Ruault

Construido como parte de la renovación del Parque Arras Europe en Lille, el teatro multiusos (2013) puede acomodar un amplio espectro de eventos gracias a una disposición flexible de puertas deslizantes, un patio de butacas reconfigurable y una fachada que puede retraerse completamente para ampliar el espacio hacia un jardín público exterior.

premio pritzker 2021 lacaton vassal Transformation of G, H, I Buildings 2
Philippe Ruault

En la transformación de los bloques G, H e I del proyecto Grand Parc en Burdeos, realizado en colaboración con Frédéric Druot y Christophe Hutin (2017), Lacaton Vassal intervino en un conjunto de 530 viviendas sociales de los años sesenta distribuidos en bloques de 10 a 15 pisos de altura. Los arquitectos eliminaron las fachadas para crear un espacio intersticial que ampliaba los interiores.

Anne Lacaton and Jean-Philippe Vassal
Philippe Ruault

Anne Lacaton (Saint-Pardoux, 1955) y Jean-Philippe Vassal (Casablanca, 1954) fundaron su estudio en París en 1987.

En los últimos años, el Premio Pritzker, el "Nobel" de arquitectura, ha reenfocado sus preferencias hacia visiones más comprometidas en lo social, lo medioambiental y el diálogo entre pasado, presente y futuro, reconociendo el trabajo de figuras como Shigeru Ban (2014), Alejandro Aravena 2016), RCR Arquitectes (2017), Balkrishna Doshi (2018) o Grafton Architects (2020). Por eso, los franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal figuraban desde hace tiempo en las quinielas de candidatos a recibir el prestigioso galardón, que finalmente les ha llegado con total justicia.

Tanto en sus proyectos públicos como privados, sean casas, viviendas sociales, espacios culturales y desarrollos urbanos, el dúo francés se ha caracterizado siempre por reexaminar el concepto de sostenibilidad apostando decididamente por preservar lo existente e integrarlo en lo nuevo, revalorizando estética y funcionalmente lo sencillo y lo austero. Adhiriéndose al precepto de "nunca demoler", llevan a cabo intervenciones limitadas que actualizan infraestructuras obsoletas a la vez que realzan las características duraderas y atemporales del edificio resultante.

Según el veredicto del jurado, Lacaton & Vassal "no solo han definido en enfoque arquitectónico que renueva el legado del modernismo, sino que también han reformulado el propio oficio de la arquitectura. Su trabajo responde a la emergencia climática y ecológica, así como a las urgencias sociales, especialmente en el ámbito de la vivienda urbana. Lo consiguen por medio de un potente sentido del espacio y los materiales que crea una arquitectura tan fuerte en su forma como en sus convicciones, tan transparente en su ética como en su estética".

Para Jean-Philippe Vassal, "nuestro trabajo trata de solucionar las limitaciones y los problemas, y de encontrar espacios que generen usos, emociones y sentimientos. Al final de todo este proceso tiene que haber ligereza y simplicidad donde antes había complejidad". Por su parte, Anne Lacaton añade que "transformar es una oportunidad de hacer más y mejor con lo que ya existe. Demoler es una decisión fácil y cortoplacista. Es un desperdicio de muchas cosas: de energía, de material y de historia. Es más, tiene un impacto social negativo. Para nosotros, demoler es un acto de violencia".

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