El perfecto refugio invernal

El estudio Arches reinterpreta la tipología tradicional de la cabaña de madera en este proyecto cerca de Vilnius, Lituania

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3 de diciembre de 2017, 19:19

Los árboles son tan altos y frondosos que, si no fuera por esa isleta de hierba levemente inclinada que han abierto a su alrededor, la casa –que es de madera de pino– apenas se distinguiría. Así que, en medio de una fronda densa y bajo un cielo muy alto de nubes que pasan muy rápido, el estudio Arches ha creado una casa que remite a una tipología tradicional de la zona (en Vilnius, Lituania) y al mismo tiempo ofrece a la vista (y a la experiencia de sus habitantes) algo propio.

El proyecto añade una relación formal propia con el paisaje, reelaborando la tipología regional, que consiste en un volumen limpio, con doble techo inclinado, persianas y acabado de madera y la base de granito. Pero una visión formalmente contemporánea y una sensibilidad ecológica han sabido incorporar lo que el estudio denomina “la expresión gráfica de la fachada”. Se trata –explican– de una interpretación o una traslación gráfica de los troncos de árboles del parque regional donde se encuentra la casa. Las tablas de madera de pino que tapizan techos, paredes y suelos se convierten –puestas de perfil– en una cortina de lamas verticales que envuelve el volumen volcado sobre el jardín: es la traslación del bosque (los troncos verticales) a un signo arquitectónico.

La geometría difícil que suponen los planos del tejado pudo realizarse gracias a la tecnología Kebony aplicada en el tratamiento y la instalación de las tablas de madera. Con el bosque detrás, la casa se asoma al valle –de un verde tan liso que parece pintado– de un modo que parece “colgada” ya que ese volumen de madera del que venimos hablando se asienta sobre una primera planta de pizarra negra, casi invisible. Una casa tradicional reinterpretada a través de una sofisticación de la geometría y de esa impresión simultánea de ligereza y solidez que transmite.

Los espacios interiores siguen las formas del volumen. De manera notoria, en el salón y el comedor, donde la doble inclinación del tejado (que tenemos fijo en la memoria porque es el reclamo visual de esta casa) se repite en la geometría del techo, y las lamas verticales de madera envuelven los espacios (mobiliario oscuro, contemporáneo, sobrio) y los comunican con el paisaje, alternándose –en esa función– con los tramos de cristal. A un lado del salón, el espacio se prolonga en una terraza, con barandillas metálicas que a su vez continúan el lenguaje gráfico “vertical” de la fachada.

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