No pasa desapercibido. Desde que el Canfranc Estación, A Royal Hideaway Hotel, abrió sus puertas se ha convertido en un gran atractivo gracias a su proyecto de restauración y que llena de vida la emblemática estación de tren caso un siglo después de su inauguración.

Obra de Ilmiodesign, el estudio fundado por Andrea Spada y Michele Corbani, este hotel destaca por su increíble interiorismo, que ha sido galardonado con el premio al Mejor Diseño de Hotel, concedido por Interhotel a los mejores proyectos de interiorismo en el sector hospitality y restauración. 

Y no es de extrañar. El proyecto de interiorismo llevado a cabo en la histórica estación de trenes de Canfranc, en Huesca, es capaz de transportarnos a la época dorada del ferrocarril de los años 20, aunque con la incorporación de detalles actuales.

¿El resultado? Espacios cálidos y elegantes que se fusionan con sutiles elementos art déco y logrando que cada estancia tenga su propia esencia. 

 

Las escaleras centrales dividen la zona de recepción del área de sofás. 

Viajamos al siglo XX 

La recepción del hotel es uno de sus espacios más singulares. Su monumentalidad no deja indiferente: por un lado, se ha recuperado el suelo original de la parte central y se ha apostado por tonos piedra para las paredes, junto a materiales textiles como Vescom en tonos marrones, en contraste con las molduras en blanco, para dar más calidez. 

Llaman la atención las antiguas escaleras, en el centro del espacio, y que daban acceso a la estación y que dividen el lobby: dejando por un lado la zona de recepción y por otro un área con sofás y butacas.

En la recepción del hotel, un gran mostrador recuerda a las taquillas de las grandes estaciones del siglo XX, siendo la madera de nogal y los elementos metálicos en tono bronce los protagonistas, sin dejar de incluir algún guiño a los hoteles de la época.

 

 

Se han recuperado los suelos y mantenido la gran escalera central.

Un vagón que se transforma en habitación de lujo

El hotel Canfranc Estación cuenta con 104 habitaciones en dos plantas y todas con vistas al Pirineo Aragonés. En su diseño domina la sensación de confort. En ellos destacan los rastreles de madera en paredes y techos que van creando la estética de cada habitación.

A nivel cromático, Spada y Corbani han apostado por tonalidades beiges en distintas intensidades para las paredes, mientras que el toque de color se consigue mediante los muebles.

En los tejidos también se ha querido plasmar un plus de personalidad. Un buen ejemplo son los cabeceros de terciopelo en estampado gráfico, que recuerdan a los tapizados de los asientos de los vagones de los años 20.  

 

Los cabeceros ponen el punto de color en las habitaciones. 

Y para la decoración, se han recuperado las antiguas ventanas de las habitaciones y se les ha dado un uso artístico, enmarcando fotos históricas de los exteriores de la estación, con referencias a las raíces de este emblemático espacio.

La gastronomía aragonesa desde un antiguo vagón de tren

La oferta gastronómica del hotel tampoco se queda atrás, y no solo por la mezcla de sabores de cada uno de sus restaurantes, sino también por su interiorismo. Destacan el Restaurante 1928 y Canfran Express, en los que Spada y Corbani se han inspirado en la estética del emblemático tren Orient Express y de los vagones restaurantes que atravesaban Europa en los años 20.

 

El restaurante se inspira en el Orient Express.

 

 

Tampoco nos olvidamos de la biblioteca, otro de los espacios más emblemáticos del hotel en términos de diseño. Muestra un diseño clásico inspirado en los cafés de tertulia parisinos de la época. Es, además, un espacio totalmente abierto al exterior, con luz natural y vistas al paisaje. 

La zona de bar está junto a la biblioteca. 

A su lado, una zona de zona de cocktail– bar, con una pequeña barra en negro Marquina con elementos dorados y cuero, que cobra vida para amenizar las veladas.

Un disfrute para todos los sentidos

Sin dejar atrás el resto de instalaciones del hotel, la zona wellness es una oda al bienestar en la que Ilmiodesign ha tratado de proyectar un espacio cálido mediante una iluminación en tonos dorados que combina con con el espacio oscuro, pensada para conseguir un ambiente de relax que ayude a la desconexión.

 

La zona wellness.

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