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La cocina, como el resto de estancias comunes de la vivienda, conecta directamente con la zona de estar exterior a través de una gran apertura en fachada cuyo interior revestido de madera contrasta con el blanco de la pared encalada.
La cocina presenta una distribución en isla, con mobiliario de Boffi en madera natural que otorgan al conjunto del ambiente gran calidez. Junto a ella, una amplia mesa preside la zona de comedor, acompañada de sillas a juego.
La cocina se abre al exterior proyectando el espacio más allá de los límites del interior de la vivienda a través de grandes cerramientos correderos que se abren en fachada.
La cocina está presidida por una amplia isla de trabajo que se extiende a modo de cascadas hacia el extremo de la estancia, habilitando una zona de comedor junto a amplios ventanales de suelo a techo.
El mobiliario de cocina con tiradores integrados, se ha diseñado a medida, en acabado blanco y se ha acompañado con encimera a juego. Rompe la hegemonía cromática los taburetes y sillas, en acabado gris y madera, respectivamente.
Estos días es primordial pasar revista a nuestra despensa para organizar mejor nuestras compras online o minimizar las salidas al supermercado. Para ello, organiza tu despensa con trucos prácticos. Sácalo todo. Clasifica por uso. Lo más perecedero, delante, para que no te caduque. Lo que más usas, a mano. Después, haz un menú semanal y una lista con lo que se va acabando. Utiliza botes de cristal para almacenar lo no perecedero, como pasta, arroz, galletas... Evitarás plásticos y, de paso, ves lo que tienes a primera vista.
En el ambiente diáfano de la primera planta también encontramos una pequeña cocina semi-abierta, que favorece una conexión práctica con el living.
Contiguo al comedor, a través de un acceso amplio y fluído, se llega a la cocina que, gracias a los amplios cerramientos acristalados, disfruta de una gran entrada de luz natural, tamizada con cortinas, y acceso directo al exterior.
En el eje central de la cocina se encuentra una amplia isla que se convierte en el corazón de la estancia. En ella se incluye zona de aguas, de cocción con extracción integrada en el techo y zona de office para comidas informales.
En la cocina se combinan dos frontales de muebles. Por un lado en negro, de suelo a techo, donde se integran todos los electrodomésticos. Y por otro en blanco, a media altura, delimitados por la ventana y habilitado como zona de trabajo.
Una amplia zona diáfana concentra los diferentes ambientes de día como son salón, comedor y cocina. El mobiliario de la cocina, como el resto de la carpintería de la vivienda, ha sido diseñada a medida por Gabriel Montañés, y realizado por la empresa local Francisco Gomila. La madera de los interiores es de roble y la encimera de Corian negro.
En el centro del área más social de la casa, la chimenea de hierro es de Chemineé Philippe Poele. Tras ella está la zona de comedor, con mesa diseñada a medida y sillas de Ethnicrfat. Al fondo, junto a la isla de la cocina, los taburetes son de Sancal.
La paleta interior de materiales es mínima y se centra en materias y acabados naturales. "Este proyecto fue una oportunidad excepcional para trabajar con un cliente que tiene un buen ojo para un alto nivel de diseño y detalle", señala la diseñadora de interiores Julianne Shaw. “Mi objetivo era crear espacios personalizados al extremo para los propietarios. Logramos esto al traer los colores del paisaje de Montana a los interiores, utilizando piedra natural, y agregando muebles refinados, telas lujosas y alfombras de seda. Las lámparas de vidrio, que son obras de arte, crean el brillo final".
La modesta cocina alberga una obra gráfica con una mariposa, de Samuel Bayer. Se complementa con un comedor informal con una mesa extensible de abeto Douglas y sillas de Jens Risom.
La cocina de la casa es una auténtica maravilla. Encimeras de fino acero y muebles wengué, electrodomésticos de Gaggenau, dos zonas de aguas, una isla ligera sin zócalo... Todo en esta estancia invita a cocinar.
La gran cocina abierta mezcla madera natural clara con encimeras y superficies de lujoso mármol. La isla central divide los espacios de trabajo y estar, aglutinando las principales tareas de preparación de alimentos. Las zonas de cocción y aguas se adosan en L a los muros, para crear un triángulo de trabajo perfecto.
Al estar encajada entre dos fachadas, delantera y trasera, la vivienda cuenta con mucha luz natural en el interior de la vivienda, lo que aporta mayor sensación de amplitud.
El interior, además, está en conexión con el patio interior. En esta área se ubica la zona de día con un espacio diáfano y abierto donde se dan cabida sala de estar, comedor y cocina semiabierta.
Amplia y muy funcional, la cocina prescinde de módulos altos para mantener las aperturas de ventana que favorecen la ventilación y una mayor entrada de luz. El mobiliario, totalmente blanco, con perfiles de aluminio y tiradores integrados, se combina con suelo de madera.
La planta baja está presida por una gran cocina proyectada alrededor de una amplia isla de trabajo. Una zona de office, acompañada de taburetes altos, y un amplio frente de armarios en acabado madera natural completan el programa de cocina.
Junto con la cocina diáfana, en el nivel inferior de la vivienda se emplazan el comedor y sala de estar, todos ellos conectados física y visualmente con el exterior y protegidos a través de holgados cortinajes.
Algunos de los electrodomésticos de cocina quedan totalmente ocultos al estar panelados con el mismo frente de madera de Ballingslöv que el resto de mobiliario. De este modo el área de cocina se integra de forma homogénea al resto del espacio abierto.
La madera está muy presente, con el roble americano utilizado para la carpintería de la cocina y del salón, a juego con el mobiliario elegido, mucho del cual está acabado en madera.
La casual y única zona de comedor cuenta con un banco y una mesa que también se pueden utilizar en el exterior.
La encimera de la isla, a juego con el pavimento, y el panelado de los muebles y electrodomésticos, hacen que la cocina abierta quede totalmente integrada en el espacio y, en ciertos momentos, pase totalmente desapercibida.
En la cocina, el suelo de granito oscuro, mobiliario en blanco y electrodomésticos Smeg.
La cocina y la sala de estar, así como uno de los tres dormitorios, pueden abrirse hacia el balcón a través de grandes puertas corredizas de cristal.
La sala de estar y el comedor comparten un mismo espacio diáfanao al que también se da cabida a una estufa de leña, situada en el centro de la planta, y que se remata con la cocina en el extremo.
Desde la cocina hasta el ático, cada nivel de la casa se ha ampliado utilizando grandes paneles de abeto Douglas para revestir el interiores de las ampliaciones, convirtiéndose en una constante del proyecto.
Enmarcado por ventanas en ambos extremos, el punto en el que termina la casa original y comienza la ampliación ha sido resaltado por un hueco acristalado que actúa como claraboya y continúa a mitad de la pared.
La luz crea hermosas sombras desplazándose a través de la madera y el resto de materiales empleados en el proyecto y añadiendo, a la vez, elementos de sorpresa para que se vayan descubriendo mientras el sol orbita en la casa.
El juego de materiales cálidos aporta al conjunto un aspecto calmado y natural que, gracias a la conexión directa con el jardín, se vuelve fresco y distendido.
Encima de la base baja de piedra, se alza una estructura de madera llena de luz. Su techo de cobertizo simple se inclina hacia abajo para protegerlo del sol de verano y al mismo tiempo ofrece espacio para una matriz fotovoltaica en la parte superior.
Esta es la cocina a la que nos referíamos, una reproducción exacta de la del autor. A ella se entra por puerta de vidrio de Patricia Urquiola, que es la misma que el director tiene en su casa. Banderas, cuya casa prefabricada ya te mostramos, con un libro del fotógrafo Cecil Beaton en el que se ve el retrato de Edith Sitwell. ¡Ah! Ya puedes ir abriendo la agenda para el 13 de marzo de 2020: Caixa Forum proyecta el documental Love, Cecil.
Los objetos se mezclan unos con otros. Una taza de Hermès con una tostadora de Smeg, edición limitada Dolce&Gabanna y libros. Todo en, sí, ¡una cocina roja! Aunque la estética del filme es austera, el colorido sigue siendo su seña de identidad. En la escena, Salvador con su mano derecha, la amiga leal, con la que se puede contar y no pide explicaciones.
La casa de la infancia del director, una casa-cueva de Paterna, aunque Pedro pasó su despertar vital en Calzada de Calatrava. Si quieres visitarlas, se realizan visitas guiadas, exposiciones, y alguna está en AirBnB. Hay que advertir que la luz solo entra por arriba. De aquí destacamos las baldosas de la cocina, los geranios, las sillas de madera, hasta el cubo rojo debajo de la pica “para que no gotee”.