Como base de toda arquitectura, los materiales están en constante evolución. Los hay que se reinventan para no perder comba con las nuevas tendencias; otros se ponen de moda de forma espontánea y resurgen del olvido. Algunos son fruto de una intensa labor de investigación y desarrollo, y llegan al mercado con altas expectativas. Y en última instancia existe siempre un grupo de materiales en fase de prototipado, con excelentes perspectivas a largo plazo.
El terrrazo se ha usado en la encimera de una cocina de Nordiska Kök, combinado con mobiliario de roble oscuro para encontrar una nueva forma de expresión.
Entre los “viejos roqueros” que nunca mueren y que con el paso de los años se han ido modernizando hasta límites muy interesantes, un claro ejemplo es la fibra de vidrio Armada, utilizada por ejemplo en el MoMA de San Francisco diseñado por el estudio noruego Snøhetta. Se trata de un material con décadas a sus espaldas, pero que nunca antes se había utilizado de forma tan innovadora. Igual ocurre con la piedra volcánica, de corte clásico, pero con múltiples aplicaciones contemporáneas, especialmente en interiores; o con el terrazo, que actualmente se produce con virutas de mármol, vidrio, granito o resinas epoxi, una nueva propuesta de fabricación que mejora sus características técnicas en cuanto a flexibilidad y resistencia, y que ofrece al mercado una amplia gama de tonalidades y texturas.
En este proyecto de Ramón Esteve se ha creado una escalera de mármol de ónix con escalones volados e iluminados internamente
El papel pintado es otro grupo de materiales que resurgió hace unos años. Ha basado su renacimiento en la innovación de los diseños y especialmente en el sistema de colocación y retirada en un solo paso, más simple y al alcance de todo el mundo. Otro ejemplo es el de las moquetas, también en constante
reinvención. Dos de las últimas innovaciones que incorporan son la integración de la iluminación en superficie y la implicación en procesos de reciclado, con el objetivo de contribuir a la creación de una industria de producción circular (cradle to cradle). Cerramos este capítulo destacando las últimas tendencias en maderas para suelos, que ahora presentan originales motivos personalizados en forma de marcas de agua y relieves o rescatan diseños clásicos como la composición en espiga.
Prácticamente el 100 % de los materiales en un espacio interior tienen su base en cuatro familias: las maderas, las piedras, las cerámicas y los metales, estos últimos seguramente
En los últimos meses hemos podido constatar una serie de materiales escogidos de forma recurrente para todo tipo de reformas. En el ámbito del gres porcelánico, las piezas de gran formato e imitación metal han sido las protagonistas, mientras que, en el campo de los revestimientos metálicos, son los microperforados, combinados con otros materiales, los que han destacado. Por otro lado, es una obviedad destacar que la baldosa hidráulica tradicional ha resurgido definitivamente; lo que no era de esperar es lo rápido que el cemento contínuo de mínimos espesores ha encontrado su hueco en el campo de la reforma.
El uso de una gama de grises pastel, con toques marrones, permite superponer múltiples texturas diferentes sin que ello suponga una carga excesiva para el ambiente creado.
Todo apunta, como ya dijo Gaudí, a que la arquitectura vuelva a inspirarse en la Naturaleza. Los diseños biofílicos tratan de extraer del estudio del entorno natural datos y sistemas que puedan replicarse en la fabricación de nuevos materiales o espacios arquitectónicos. El objetivo es doble: que
los usuarios se sientan mejor y conecten con el espacio construido de forma natural y que los sistemas y materiales de construcción adopten principios de regeneración y reutilización similares a los existentes en nuestro planeta. Las herramientas son varias: las formas orgánicas, rítmicas y con patrones
caóticos; la iluminación cambiante, con zonas de claridad y contraste; incluso la predominancia de tonos naturales frente a otros son estrategias de diseño biofílico que tienen beneficios demostrados sobre nuestro bienestar y el del mundo que habitamos