¿Eres padre? Así es cómo viven tus hijos

No es una tendencia, sino un cambio de paradigma. Las nuevas generaciones no quieren tener un hogar como el de sus padres. Los expertos nos dan las claves estéticas de este tsunami social.

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piso compartido millennial

Vida compartida

Noha apunta que “los millennials son la generación del alquiler”. Dado que muchas veces se ven obligados a compartir, el dormitorio ha pasado a ser más que nunca un espacio abierto a la creatividad, además del refugio personal para aquellos que

no pueden vivir solos. Del mismo modo, más allá de la sala de estar como despacho (gracias al auge del teletrabajo), la tendencia dice que los baños están mutando en una suerte de spa antiestrés.

[Afán sostenible millennial

Afán sostenible

“Desde que tienen poder de decisión, lo sostenible tiene un mayor peso en los hogares”,

afirma Araujo. Hay una mayor demanda de materiales primarios y con carácter como

el terrazo o las superficies iridiscentes. También ha aumentado la compra de plantas. De ahí que Ferm Living proponga una regadera que podría confundirse con una escultura.

Hogar dulce hogar millennial

Hogar dulce hogar

Felipe Araujo, cofundador del estudio de arquitectura de interiores Egue y Seta, celebra que “el minimalismo se haya agotado hace tiempo”, así como la gélida estética industrial. A las nuevas generaciones también les gustan los espacios cálidos, como este proyecto de Gray Organschi Architects en Connecticut, Estados Unidos.

[Mundo Mutante millennial

 Mundo Mutante

Nada de colores chillones o elementos que ensucien la mirada. Los millennials, aunque vigilen más que nunca su cartera, quieren diseños que les vayan a ir bien para un determinado período de tiempo. Les interesa lo bello y perecedero. Los colores neutros son los protagonistas en esta vivienda de apenas once metros cuadrados del equipo de arquitectos francés Batiik.

Territorio Nómada millennial

Territorio Nómada

Como afirma Ana María García, responsable de estudios de Ikea en España, “los millennials son una generación que ha viajado más y se ha impregnado de otras culturas y estilos de vida”. La globalización y la personalidad estética van unidas, como en esta casa de Kiev, Ucrania, diseñada por 2B.group.

Eclecticismo millennial. Menos es más

Menos es más

“Quieren poseer lo básico y justo, no quieren guardarlo todo como sus padres”, afirma Nieves Noha, cofundadora de la consultoría de tendencias madrileña EXITo. ¿Será esa una de las claves del éxito de la gurú del orden, la japonesa Marie Kondo? Proyecto de la arquitecta Silvia Allori.

Pragmatismo millennial

Pragmatismo

El tamaño de los pisos en las grandes ciudades se ha reducido drásticamente. Por ello los millennials son unos maestros en aprovechar hasta el último metro cuadrado. Las funciones se difuminan y los espacios tienen múltiples utilidades, como en la reforma de este ático madrileño a cargo del estudio Gon-Architects “donde los límites entre las estancias se desdibujan para que cualquier imprevisto pueda suceder”.

Menos es más. Afán sostenible millennial

Afán sostenible

“Desde que tienen poder de decisión, lo sostenible tiene un mayor peso en los hogares”, afirma Araujo. Hay una mayor demanda de materiales primarios y con carácter como el terrazo o las superficies iridiscentes. También ha aumentado la compra de plantas. De ahí que Ferm Living incluya en sus colecciones maceteros y regaderas.

Ni los propios sociólogos se ponen de acuerdo acerca de quiénes forman parte de la generación millennial, aunque grosso modo podría decirse que está integrada por todas aquellas personas nacidas desde principios de los años ochenta hasta inicios del siglo XXI. A diferencia de la generación precedente, conocida como la del baby boom, esta es la primera nativa digital, y la que en estos momentos está marcando las pautas de consumo a seguir. Sus gustos no conforman una moda, sino un nuevo paradigma socioeconómico a tener muy en cuenta. “Los más jóvenes han reformulado el concepto de temporalidad. Nadie piensa que va a vivir siempre en un mismo lugar o que su trabajo será vitalicio. Y lo mismo ocurre con el mobiliario que escogen ya que antes la gente acostumbraba a comprar muebles para que les duraran diez años y ahora, como mucho, en tres o cinco años se cansan y
deciden adquirir otros nuevos.

Los ciclos se han acortado”, afirma Felipe Araujo, cofundador del estudio de arquitectura de interiores Egue y Seta, quien también señala que dado el actual culto a la imagen personal (de ahí el éxito de Instagram y otras redes sociales) no debería extrañarnos que acabemos creando rincones en la casa a modo de photocalls, para retratarnos. “Los millennials también son conocidos como la generación alquiler, por lo que, sin renunciar al diseño, quieren expresar su personalidad sin necesidad de gastar tanto dinero como los baby boomers”, dice a su vez Nieves Noha, cofundadora de la consultoría de tendencias EXITo. Ambos, al igual que Ana María García, responsable de estudios en Ikea España, coinciden en que, dadas las consecuencias de la crisis económica, “los millennials tienden a vivir en espacios más pequeños y, por ese motivo, suelen ser más atractivos para ellos aquellos productos que pueden cumplir con diferentes funciones a la vez, que son versátiles y personalizables”. Que puedan transportarse fácilmente en caso de enfrentarse a una mudanza siempre es un plus. No obstante, llegados a este punto, ¿cuáles son los espacios del hogar a los que dan mayor importancia? La sala de estar, dado el auge del teletrabajo y los profesionales freelance, ya no solo es un espacio para descansar en el sofá o ver una película, sino también un despacho.

Como consecuencia de compartir piso, el dormitorio se alza como “un refugio personal, el lugar donde pueden mostrar sin miedos su identidad porque es donde realmente guardan aquello que les gusta y les define comenta Araujo al respecto. Asimismo, también en esa generación se observan nuevos hábitos de consumo relacionados con la sostenibilidad (Noha señala el aumento de materiales primarios y con personalidad propia como el terrazo) y su tiempo de ocio. Las compañías aéreas low cost han democratizado los viajes y eso, según García, “se refleja en cómo impregnan sus hogares de otras culturas y estilos de vida”. Del mismo modo, tal como Araujo comenta, “los millennials están abiertos a combinar sin miedo, por ejemplo, algo muy barato con algo muy caro. Eso es liberador en muchos sentidos. Son camaleónicos, lo cual creo que es una de las cosas más bonitas que nos van a dejar”. Nadie debería menospreciar a esta generación. Más bien al contrario. No hay que olvidar que ya no son el futuro, sino el presente más rabioso.

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